Chaco no juega solo, dice sobre la reaparición del cruzazulino
Domingo 28 de agosto de 2011, p. a13
El golpe que recibió Marco Antonio Palacios en la órbita derecha mientras disputaba un balón lo sintió todo el equipo. Esa fractura que lo alejará de las canchas durante unas cuatro semanas, según informó ayer el doctor del equipo Roberto Rodríguez, se suma a una serie de infortunios que tienen diezmado al cuadro universitario.
Un codazo accidental propinado por Aarón Sandoval dejó al Pikolín fuera de uno de los duelos más esperados en el conjunto auriazul, justo cuando al equipo le urge retomar el ritmo que exhibió al inicio del torneo y luego de tres partidos en los que no ha podido ganar. Ahora el zaguero será intervenido este lunes y su ausencia deja un hueco importante en la última línea.
En esa banca de lesionados también aguarda Francisco Palencia, quien deberá esperar todavía dos semanas más para reincorporarse al equipo, y Juan Carlos Cacho, quien aún tiene incierta la fecha de su regreso tras lastimarse el muslo izquierdo.
Sin el compañero con el que ha mantenido a la zaga con solidez, el paraguayo Darío Verón debe asumir la responsabilidad como el hombre de experiencia.
Será un partido importante y lamentablemente Marco se lastimó, pero estamos 25 jugadores profesionales, y al que le toque tendrá que hacer su mejor esfuerzo
, dijo el defensa.
Para completar la mala fortuna en las líneas auriazules, David Cabrera tampoco alineará con el conjunto, por suspensión luego que en el duelo anterior contra Puebla salió expulsado. En esas condiciones el equipo tendrá que sostenerse en el ímpetu de los jugadores jóvenes y posiblemente reforzados por los tres canteranos que participaron en el Mundial Sub-20: el aún no debutado Diego de Buen, David Izazola y Emilio Orrantia.
Sabemos que van a colaborar mucho y eso es bueno para nosotros; seguro contra Cruz Azul le tocará a alguno la oportunidad y lo hará de la mejor manera para ayudar al equipo
, comentó Verón.
Este cuadro tendrá que disputar el duelo con el conjunto celeste con los nervios templados, sobre todo ahora, como dijo Verón, que están demasiado justos
y no pueden darse el lujo de regalar
alguna tarjeta. Un panorama complicado para el actual campeón, sobre todo cuando en La Máquina se reincorpora Christian Chaco Giménez, cuya presencia pesa de la media cancha en adelante. Eso a Verón –afirmó– le tiene sin cuidado; nada de marcas personales ni de atenciones especiales. “El Chaco no juega solo”, declaró muy serio.
En el otro frente, el mediocampista celeste Gerardo Torrado espera que el duelo de este domingo tenga todos los ingredientes de un clásico. La rivalidad, comentó, entre ambos ha crecido en años recientes y eso hace que los juegos sean particularmente cerrados; es decir, que además de los tres puntos hay una cuota de orgullo en disputa.
Creo que nunca terminará la rivalidad entre Cruz Azul y Pumas; siempre existirá, pero a lo mejor llegan partidos en los cuales ha habido enfrentamientos más frecuentes y eso hace que los equipos tengan un matiz especial. Este encuentro tendrá ese toque especial de clásico y los dos equipos buscarán ganarlo
, señaló Torrado.