El poeta Eduardo Lizalde recibió en la ciudad de Puebla la Clavis Palafoxianum, llave que permite la entrada al mundo del conocimiento universal, contenido en la Biblioteca Palafoxiana, expresó el secretario ejecutivo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, Saúl Juárez Vega, quien aclaró que dicho reconocimiento se entrega a los personajes que destacan por su trayectoria y aportación en el campo de la cultura y las letras.

El autor de Caza mayor fue homenajeado por amigos y lectores en la casa de cultura, edificio donde se ubica la Biblioteca Palafoxiana, fundada en 1646 por Juan de Palafox y Mendoza,

La Clavis Palafoxianum, explicó Saúl Juárez, sintetiza la hermandad entre los pueblos, ya que su acervo está compuesto por ediciones europeas y americanas, que en conjunto, hablan de la cultura universal.

En compañía del también poeta Marco Antonio Campos, Lizalde recordó los momentos más significativos de su poesía: desde la escritura de Cada cosa es Babel, en 1966, hasta Algaida, último poema largo editado en 2004, sin dejar a un lado La zorra enferma, Tabernarios y eróticos, Rosas y Otros tigres.

En especial, hizo énfasis en El tigre en la casa, de 1974, el cual el no se imaginó que iba a ser tan bien aceptado por sus contemporáneos –Octavio Paz, Augusto Monterroso, Rubén Bonifaz Nuño o Jaime Sabines–, ya que es un libro de desamor, del infortunio amoroso universal; un libro negro, terrible y deprimente.

Sobre su escritura, Lizalde recordó aquel episodio que vivió con Juan José Arreola, quien fue uno de los primeros que escuchó el poema. Dijo que el verso la bestia atraviesa por el túnel de lodo y miel, originalmente terminaba con la palaba piel, y que gracias al excelente oído de Arreola fue cambiado para la edición final. No lo toques más, fue la orden de su maestro y amigo.

El escritor nunca sabe lo que va a pasar con su texto; el poeta siempre está expuesto a los lectores y a la crítica, pero debe ser así, porque la poesía no existe sin el interlocutor, expresó el Premio Internacional Alfonso Reyes 2011.

Acotó que El tigre en la casa, permite ver la forma en que a veces las imágenes golpean la cabeza de la gente, y lo hacen recodar, haciendo que el texto se convierta en objeto entrañable en la memoria colectiva.

Además de recibir la Clavis Palafoxianum, Lizalde obtuvo una serie de grabados de la arquitectura original de la biblioteca Palafoxiana.