Francfort, 24 de agosto. En Alemania, el optimismo de los empresarios decae y los sectores financieros están preocupados, según los últimos indicadores, que prueban que la locomotora alemana no es inmune a las turbulencias que sacuden a la coyuntura mundial. Después de haber sido presentada como modelo de fortaleza entre naciones cargadas de deuda y con bajo crecimiento, Alemania se encuentra de pronto en una tormenta económica perfecta que podría forzarla a replantearse su enfoque ante la crisis que golpea a la zona euro.

El IFO, principal índice de confianza de las empresas alemanas, acusó una caída más importante de lo previsto, a 108.7 puntos, frente a los 112.9 de julio, lo que supone un retroceso de 4.2 puntos en un mes, el mayor repliegue desde noviembre de 2008, cuando perdió 4.9 puntos.

El contexto económico mundial se ha ensombrecido un poco y la economía alemana no es inmune, declaró el ministro de Economía, Philip Rösler, en un comunicado.

Las turbulencias en los mercados financieros y de divisas, las crisis de la deuda pública en algunos países de la zona euro y la evolución de la economía estadunidense contribuyen a un clima de incertidumbre, recordó.

Las empresas alemanas han revisado a la baja su percepción de la situación económica actual y sus perspectivas para los seis próximos meses. Y no habían disminuido tanto en un mes (menos 4.9 puntos) desde octubre de 2008 y después de la caída del banco estadunidense Lehman Brothers.

El martes, el índice Zew, que mide la confianza del sector financiero alemán para los próximos seis meses, también registró la peor caída en un mes desde el otoño 2008.

El hundimiento del Zew no fue una sorpresa dado el pánico bursátil. Los economistas esperaban el IFO para conocer la confianza en la economía alemana. El miércoles, la decepción era palpable.

Es de nuevo un indicador sumamente decepcionante para Alemania y la zona euro en su conjunto, estimó Chris Williamson del Instituto Markit. La economía alemana, que ha crecido mucho en estos dos últimos años, se prepara ahora para el aterrizaje, comentó por su parte Andreas Rees, de UniCredit. No se excluyen nuevos impactos en la confianza y el riesgo de recesión es alto, agregó Christian Schultz, del banco Berenberg.

Después de un crecimiento de 1.3 por ciento a principios de año, la economía alemana se desinfló en el segundo trimestre del año.

“Aunque no tengamos un crecimiento ‘XXL’ y debamos conformarnos con ‘XL’, no debemos quejarnos”, dijo Heinrich Driftmann, presidente de la Federación Alemana de la Industria y Cámaras de Comercio, en una entrevista al diario Handelsblatt, este miércoles.