El déficit del país deberá bajar a 8.5 por ciento del PIB en 2011 y a 6.2 en 2012
severa depresión; crece 2.3% en 2011
Prevé la Oficina Presupuestal del Congreso que el producto interno bruto seguirá por debajo de su potencial durante varios años, acompañado por un elevado desempleo
Jueves 25 de agosto de 2011, p. 25
Washington, 24 de agosto. Alerta de severa depresión
en la economía de Estados Unidos proyecta la Oficina Presupuestal del Congreso (CBO), pues estima que, aunque continuará la recuperación, el crecimiento real del producto interno bruto seguirá por debajo de su potencial durante varios años. La economía de Estados Unidos se mantiene en severa depresión
y culminará 2011 con un déficit presupuestal de 1.38 billones de dólares, el tercero más alto en los recientes 65 años (o sea que en un año tiene un déficit comparable al valor de la economía mexicana, que es de 1.3 billones de dólares).
La economía estadunidense crecerá apenas 2.3 por ciento en 2011, y 2.7 por ciento en 2012, conforme la crisis financiera y la reciente recesión sigan ensombreciendo el horizonte económico del país.
Aun cuando la producción económica empezó a expandirse nuevamente hace dos años, el ritmo de la recuperación ha sido lento, y la economía continúa en severa depresión
, escribió el director de la CBO, Doug Elmendorf, en un blog.
La Oficinal Presupuestal del Congreso estimó que un amplio acuerdo sobre el presupuesto de Estados Unidos y tasas de interés más bajas reducirán casi a la mitad las proyecciones del déficit presupuestario en 10 años. Sin embargo, la entidad no partidaria estimó que la economía se mantendrá débil a corto plazo, en medio de un alto desempleo.
La oficina dijo que Estados Unidos registrará 3 billones 487 mil millones de dólares en déficit acumulados en el transcurso de 10 años, cerca de 3.3 billones de dólares por debajo de su proyección anterior. Para CBO, un amplio acuerdo sobre el presupuesto de Estados Unidos y tasas de interés más bajas reducirán casi a la mitad las proyecciones del déficit presupuestario en 10 años.
El déficit del presupuesto estadunidense debería retroceder a 8.5 por ciento del PIB en 2011, y a 6.2 por ciento en 2012, indicó la oficina del Congreso, que preveía un deterioro mayor de las finanzas públicas para este año.
El ejercicio presupuestal de 2011 termina el 30 de septiembre. Según la Oficina Presupuestal del Congreso, el déficit anual de Estados Unidos a esa fecha debería mantenerse prácticamente sin cambios respecto del ejercicio precedente, en un billón 284 mil millones de dólares, contra un billón 294 mil millones en 2010.
Teniendo en cuenta el crecimiento económico, la relación déficit/PIB debería, sin embargo, caer 0.4 puntos, a 8.5 por ciento. Para el ejercicio siguiente, la CBO prevé un déficit de 973 mil millones de dólares, que representan 6.2 por ciento del PIB.
El análisis de la oficina congresional señala que sus previsiones toman en cuenta la ley de control del presupuesto
, acuerdo aprobado por el Congreso a principios de agosto, y que permitió elevar el techo legal de la deuda pública a cambio de ahorros presupuestales.
Según las nuevas estimaciones, la actual tasa de desempleo de 9.1 por ciento apenas descenderá a 8.5 en el cuarto trimestre de 2012, cuando Estados Unidos celebrará elecciones presidenciales y legislativas.
Su proyección ocurre en momentos en que los mercados aguardan un discurso que pronunciará el viernes el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en la reunión del banco central en Jackson Hole, Wyoming.
El año pasado Bernanke utilizó la cita económica para sentar las bases de la masiva compra de bonos por 600 mil millones de dólares a fin de reactivar la economía, y ahora existe la expectativa de un posible anuncio en momentos en que se observa una nueva desaceleración de la economía estadunidense.
Conforme a las leyes actuales, las políticas fiscales y de gastos impondrán limitantes sustanciales a la economía en 2013, por lo que la CBO proyecta que el crecimiento se desacelerará ese año, antes de repuntar a 3.6 por ciento de 2013 a 2016
, añadió.
El presidente Barack Obama tiene previsto anunciar a principios de septiembre un nuevo plan de creación de empleos y reactivación económica, que incluirá iniciativa de infraestructura y reformas impositivas, aunque su desenlace es incierto en el Congreso.
Un supercomité
de 12 legisladores debe identificar nuevos recortes de gasto por 1.5 millones de millones de dólares para noviembre, o de lo contrario se activarán reducciones automáticas en el presupuesto del Pentágono y agencias civiles.
Bajan créditos hipotecarios
Un reporte de la Asociación de Banqueros Hipotecarios (MBA) dio a conocer que las solicitudes de préstamos hipotecarios en Estados Unidos bajaron 2.4 por ciento la semana que terminó el 19 de agosto de 2011, respecto a la semana precedente.
El organismo también comunicó que el índice de compra de préstamos hipotecarios disminuyó 5.7 por ciento y el de refinanciamiento bajó 1.7 durante el mismo periodo.
El Departamento de Comercio reportó que los nuevos pedidos de bienes duraderos manufacturados en Estados Unidos subieron más de lo previsto en julio, por la alta demanda de aviones y vehículos motorizados, pero una medición clave sobre la inversión empresarial cayó, dijo el gobierno.
Los economistas consultados esperaban un alza en las órdenes de 2 por ciento. Los pedidos fueron impulsados por un incremento de 14.6 por ciento en las órdenes de equipos para el transporte, el mayor aumento desde enero.
La cifra es bastante alentadora, ya que demuestra que la debilidad de la economía estadunidense no es tan severa como se pensaba
, opinó Sebastien Galy, estratega de monedas de Societe Generale en Londres.
Eso es bueno para monedas sensibles al crecimiento, particularmente el peso mexicano y el dólar canadiense, y debería ser bueno para las acciones
, agregó.
Los precios de los bonos del Tesoro estadunidense cayeron con el dato, mientras los futuros de los índices accionarios de Wall Street pasaron a terreno positivo y el dólar profundizó sus pérdidas contra el euro.
Los mercados esperan una mano de la Fed
Le guste o no a la Reserva Federal, sus políticas monetarias sin precedentes de los últimos años han condicionado a los mercados financieros a esperar que se les tienda una mano de ayuda cuando las cosas se ponen difíciles. Por eso toda la atención se concentrará en Ben Bernanke, el presidente del banco central de Estados Unidos, cuando pronuncie un discurso el viernes en el simposio anual de la Fed en Jackson Hole, Wyoming.
Con el mercado de acciones enredado en una caída de un mes y con las economías de Estados Unidos y de la eurozona en peligro de deslizarse hacia una nueva recesión, los inversionistas se preparan para una posible repetición del mensaje del año pasado, cuando Bernanke sugirió que la Fed actuaría si las condiciones económicas se deterioraban.
Dos meses después de ese mensaje, el banco central comenzó a inyectar 600 mil millones de dólares al sistema financiero mediante compras directas del bonos del Tesoro, una segunda ronda de alivio cuantitativo que el mercado estadunidense bautizó como QE2
.
Mientras el jurado sigue debatiendo qué tan efectivas han sido esas compras, pocos están preparados para descartar completamente un QE3.