Madrid, 18 de agosto. Católicos y laicos se enfrentaron verbalmente hoy por segundo día consecutivo en la Puerta del Sol de esta capital, cuando los manifestantes que abogan por la separación de la Iglesia y el Estado protestaban pacíficamente por la violenta actuación policial del miércoles. De nuevo, por órdenes del gobierno español, encabezado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, agentes antidisturbios dispersaron la movilización, con saldo de 11 heridos.

Como ejemplo de la violencia del miércoles, quedó registro de insultos y golpes de la policía a la periodista Patricia Horrillo en www.youtube.com/ watch?v=VFXvEpuwejs.

La represión desató una ola de críticas de los colectivos afectados y de grupos parlamentarios, como Izquierda Unida, que exigió la dimisión de la delegada del gobierno en Madrid, Dolores Carrión, por el deplorable dispositivo policial. También el diputado Gaspar Llamazares afirmó que sin ningún tipo de diálogo previo con quienes allí se encontraban se llevó a cabo una injustificada actuación policial.

Al margen de las marchas y los enfrentamientos, se informó que la página web de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) sufrió un ataque informático que la dejó sin funcionamiento este jueves, a menos de una hora de la llegada del papa Benedicto XVI a Madrid.

La organización Anonymous informó hace un mes que tanto el Vaticano como la JMJ eran objetivos de una operación que llamaron Fariseo.

Más tarde, cuando el papamóvil con Josep Ratzinger pasaba por la plaza de Colón, unas 50 personas protagonizaron una besada colectiva, todos eran gays, lesbianas y transexuales, para denunciar lo que consideran el mensaje homofóbico de la Iglesia católica. Los jóvenes católicos respondieron con agresiones gestuales y verbales.

El Papa recibió ayer un sombrero como regalo de bienvenida a Madrid para la celebración de la Jornada Mundial de la JuventudFoto Reuters

En este contexto el Papa alemán inició una visita de cuatro días en la que convivirá con católicos de todo el mundo. A su llegada a la capital española, fue recibido a las puertas del avión por los reyes Juan Carlos y Sofía, por el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y por una nutrida delegación de dirigentes políticos, religiosos y empresariales (sobre todo los directivos de las compañías que patrocinan la JMJ).

En su primer paseo por Madrid, en el tradicional papamóvil, Benedicto XVI escuchó los vítores de más de un millón de personas. Y en uno de sus primeros discursos también se refirió a los enfrentamientos ocurridos ayer en la Puerta del Sol. No pocos, por causa de su fe en Cristo sufren en sí mismos la discriminación que lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada que padecen en determinadas regiones y países, afirmó el líder religioso, quien habló de acoso para limitar el uso de sus símbolos (crucifijos, rosarios, etcétera) de la vida pública.

Ratzinger arremetió contra los que defienden la eutanasia, con el argumento de que se creen dioses los que quieren decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado, y contra los abortistas, sostuvo que hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto.