Mañana comienza temporada Civilización, obra de LEGOM, dirigida por Alberto Lomnitz
de cuyas bocas sale pura porquería
En ciertos estratos y personas la desilusión se torna cinismo absoluto, dice el director escénico
Miércoles 17 de agosto de 2011, p. 4
Un retrato ácido e ingenioso
de nuestros empresarios y gobernantes, así como de la corrupción que corroe al sistema político nacional, es lo que propone la obra de teatro Civilización, del dramaturgo Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (LEGOM), la cual se presenta por primera vez en la ciudad de México, pues mañana comienza temporada en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, del Centro Cultural Universitario.
Con la dirección de Alberto Lomnitz, la pieza gira en torno a las relaciones y negociaciones entre el dinero y el poder, comenta a La Jornada el director escénico.
Se trata de un gran texto
, dice Lomnitz, en el cual la dramaturgia del autor se distingue por el manejo de los diálogos y un lenguaje incisivo y procaz. En este caso hace un retrato de la oligarquía mexicana, de cuyas bocas sale pura porquería
.
LEGOM es una de las voces más renovadoras e influyentes de la actual dramaturgia mexicana. Con Civilización obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera Castañeda, de Querétaro, en 2006, y fue estrenada por la Compañía Titular de Teatro de la Universidad Veracruzana, con dirección del propio autor.
Ahora, en este segundo montaje participan los actores Héctor Bonilla, Juan Carlos Vives y Mauricio Isaac.
Binomio dinero-poder
La acción de la obra transcurre en una ciudad colonial de nuestro país, cuyo centro histórico ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Un rico empresario tiene el magno proyecto de construir una torre de cristal de 20 pisos justo en medio del centro histórico. Para ello requiere del apoyo del alcalde, precandidato a la gubernatura del estado, no sólo para arreglar
los permisos de la edificación, sino para financiar el proyecto con dinero público. Aprovechando –el empresario– que el alcalde es su primo hermano.
Para Lomnitz se trata de las relaciones entre dinero y poder. “El empresario es cínico y corrupto, pero su motivación va más allá de lo material, pues ante su muerte tiene obsesión por dejar su huella en el mundo.
“La historia no se queda en mera denuncia –dice Lomnitz– de la corrupción que corroe al sistema político. Su irónico título nos hace reflexionar sobre adónde nos ha llevado el progreso, ‘civilizar’ el país.
Existe enorme desilusión y un pesimismo muy arraigado, que en ciertos estratos y personas se torna en cinismo absoluto. Gente que levanta los hombros y asume que no hay manera de cambiar eso, y dice: ¡entrémosle, también!
Un tercer protagonista es un burócrata menor, un ingeniero encargado de dar los permisos de construcción, quien lo niega para tal edificación. Representa al hombre común que de alguna manera se enfrenta al poder
.
Para este montaje, Lomnitz adiciona un cuarto personaje: un indígena, que no habla y hace labores de sirviente, pues no podemos entender nuestra sociedad sin tomar en cuenta las cuestiones indígenas y raciales
.
Con las actuaciones de Héctor Bonilla, Juan Calos Vives y Mauricio Isaac, las funciones de Civilización se efectuarán jueves y viernes a las 20 horas; sábados a las 19 y domingos a las 18 horas, en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).