Martes 16 de agosto de 2011, p. 7
Seúl, 15 de agosto. Alrededor de tres meses después de su primer concierto en la Franja de Gaza, el director argentino-israelí Daniel Barenboim volvió a sentar un ejemplo musical al dirigir hoy a la orquesta árabe-israelí en la frontera entre las coreas.
Al cierre de una serie de conciertos en Corea del Sur, el director argentino-israelí interpretó junto con la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente la novena sinfonía de Ludwig van Beethoven.
En el concierto participaron solistas y un coro mixto surcoreano, que cantó en el cuarto movimiento el Himno a la alegría
para miles de personas. La función, de 80 minutos, cerró con un aplauso de 15 minutos.
Alrededor de 8 mil personas escucharon el concierto, al aire libre, en una franja de cuatro kilómetros entre ambos países.
Barenboim dijo estar particularmente contento de encontrarse allí como embajador de paz de Naciones Unidas.
La música de Beethoven muestra la fuerza de los seres humanos, es portadora de un mensaje de humanidad
, dijo, y agregó que si bien no puede traer la paz y solucionar conflictos, sí puede servir de aporte para lograr el diálogo.