La política y la mercadotecnia también enferman las palabras
, afirmó en entrevista
La peste, su libro más reciente, es un recordatorio de la finitud y la mortalidad
Lunes 15 de agosto de 2011, p. a11
En este momento existe una peste, epidemias que aquejan al lenguaje como instrumento de comunicación, de juicio moral y de transcendencia espiritual. La política y la mercadotecnia también implican una enfermedad sobre el lenguaje. Todo este proceso de banalización, de ambigüedad y ambivalencia de las palabras, finalmente conduce a la erosión del lenguaje
, sostuvo el poeta y ensayista Armando González Torres, a propósito de La peste, su libro más reciente, coeditado por Ediciones El Tucán de Virginia y la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
En entrevista con La Jornada, el autor explicó que todas las ciencias se han disociado del lenguaje común, porque evolucionan a través de códigos muy particulares. Las matemáticas y la informática no requieren para nada del lenguaje común, y la mayoría de las ciencias avanzan de manera independiente.
De acuerdo con el poeta mexicano, resulta difícil restituir el lenguaje como medio de expresión artística y de elevación espiritual, sobre todo después de episodios como la Alemania nazi, donde a través de eufemismos se documenta de manera minuciosa la barbarie, como si fuera un expediente burocrático
.
El volumen es un homenaje al tema de la epidemia, que ha estado presente en la literatura desde La Ilíada, “como una especie de recordatorio de la finitud y de la mortalidad. Sin embargo, en la enfermedad colectiva adquiere otro matiz, que puede generar una serie de reacciones sociales totalmente antagónicas”.
En el texto, señaló González Torres, existe una dimensión alegórica de cómo la enfermedad, la peste, puede invadir diversas áreas, entre ellas, por supuesto, el lenguaje, instrumento fundamental del juicio, la comunicación e incluso de la trascendencia espiritual.
No estoy seguro de que la poesía permita purificar el lenguaje, pero al menos sí da testimonio de estas enfermedades, epidemias, pestes, que aquejan nuestras formas fundamentales de comunicación e interrelación social, entonces se vale la poesía alegórica
, señaló el poeta.
En el poemario, González Torres juega con diversos registros del lenguaje al presentar poemas largos, cortos, de verso en prosa o a veces en blanco. Combina episodios dramáticos con ironía y humor.
“Trato de jugar con distintos registros, porque en la poesía pervive un anhelo de volver a hacer del lenguaje algo medianamente preciso y contundente.
La manera en cómo nos expresamos y comunicamos es una preocupación no sólo de la literatura, sino también de la filosofía contemporánea, que en las corrientes más importantes se ha orientado a desglosar los juegos del lenguaje
, explicó el autor.
Indagar en la tesis del significado de las palabras se ha convertido en una tarea paralela tanto en el arte como en la filosofía. La poesía también se orienta a poner en crisis al lenguaje convencional
, subrayó González.
De manera simultánea a la publicación de La peste, se editó el volumen Del sexo de los filósofos, de la colección Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, en el que Armando González reúne textos cortos sobre diversos temas de filosofía práctica.
Presenta un abanico muy amplio que incluye por igual pensadores de la antigüedad y contemporáneos, que intentan volver hacer de la filosofía un instrumento cotidiano en los dilemas de hoy.
En un apartado del libro, el autor incluye estampas de diferentes autores poco conocidos en México, como Albert Caraco, Raúl Zurita y Héctor Viel Temperley, entre otros. Son autores excéntricos que pertenecen a una genealogía peculiar dentro de la historia de la literatura y el pensamiento
, agregó González Torres.