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Carlinhos Brown, Totó La Momposina y Pregoneros del Recuerdo actuaron en Veracruz

Sonidos de la negritud de AL deleitaron en el Afrocaribeño

Reconocen a los mexicanos por 55 años de carrera; cuando se cae en la violencia, hay que recurrir a lo sagrado, dijo el brasileño

La música ancestral no tiene fronteras: la colombiana

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Antonio Carlos Santos de Freitas (Carlinhos), durante el festivalFoto Cortesía de la Secturc
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La intérprete colombiana (a la izquierda, con micrófono en mano) , durante el festivalFoto Cortesía de la Secturc
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Periódico La Jornada
Domingo 14 de agosto de 2011, p. 7

Veracruz, Ver., 13 de agosto. Los Pregoneros del Recuerdo, Totó La Momposina y Carlinhos Brown trazaron un surco de deleite musical durante la segunda jornada de la 17 edición del Festival Afrocaribeño, la cual –como la primera– se dio en la misma franja de calidad incuestionable para escasas centenas de asistentes.

Los primeros en salir al ruedo fueron los veracruzanísimos Pregoneros del Recuerdo, acompañados de Doris e Ikbal Hamzaoui, quienes adornaron aún más los colores musicales de este conjunto que recuerda/preserva los sonidos de las viejas agrupaciones de la primera mitad del siglo pasado: bongós, maracas, tarolas, bajo, tres, trompeta con sordina y clarinete... sólo le hace falta un violín para ser una charanga.

A lo largo de una hora y cuarto Pregoneros del Recuerdo deleitó con canciones tradicionales como Júrame, Inolvidablemente y Qué lindas son. Durante esta última algunos tomaron a sus parejas para tupirle cadenciosamente al baile tropical; en su recorrido musical, Pregoneros del Recuerdo rememoró a músicos seminales de Veracruz, como Agustín Lara, Lorenzo Barcelata, Emilio Cantarell, Enrique Fentanes, Juan Araujo, Mario Ruiz Armengol, Efraín Pérez y Arturo Pitalúa Álvarez. También presentaron al primer miembro de la tercera generación de músicos de esa agrupación, fundada en 1955 por Carlos Pilatúa.

Al final de la actuación, Leticia Perlasca, titular de la Secretría de Turismo, Cultura y Cinematografía (Secturc) entregó un reconocimiento a Pregoneros del Recuerdo por 55 años de preservar la cultura musical de Veracruz y porque no se cansan de ser buenos.

Pocas palabras; mucha música

Cuando llegó el turno de Totó La Momposina, con su canto, danza y tambores creó un surco sincrónico con los corazones de la audiencia, que reaccionó a cada estímulo musical de la colombiana. Después de su presentación se dirigió al público con voz tranquila y pausada: No vamos hablar mucho. Buenas noches, gracias por venir. Intentaremos hacer un espacio entre México y Colombia para presentarles un poco de esta música ancestral que Dios hizo al servicio de los hombres, porque la música no tiene fronteras, menos la que se ha tocado generación tras generación; así que vamos a evocar parte de este lenguaje y este sentimiento.

Acabado de decir esto estalló la maravilla musical de Totó La Momposina, con varios matices, los cuales se movieron dentro del óptimo y nunca descendieron.

Cuando se acercaba la media noche salió a escena Carlinhos Brown, quien, con traje plateado y sombrero morado, puso de cabeza la sique, provocando en el escaso público una duda dialéctica acerca la calidad musical del cantante; sin embargo, bastó una tripleta de rolas para despejar la incógnita y tener como resultado una irreductible calidad. También ayudó a esto que Carlinhos se despojara del saco plateado.

Carlinhos Brown es el nombre artístico de Antonio Carlos Santos de Freitas, cantante, percusionista, compositor y productor brasileño nacido en el estado de Bahía en 1962 y criado en la periferia de Salvador. Carlinhos ha aclarado que su nombre artístico es un homenaje a Henry Box Brown, esclavo afroestadunidense que logró su libertad cuando fue enviado a un estado abolicionista por correo, en una caja de madera.

Comenzó aprendiendo a tocar el pandero y, paulatinamente, fue dominando todos los instrumentos de percusión de la cultura afrobrasileña. En 1984 tocó en la banda Acordes Verdes, de Luiz Caldas. Fue unos de los creadores del zamba-reggae, y en 1985 formó parte de la banda de Caetano Veloso en el disco Estrangeiro... Su música formó parte también del fenómeno musical de Bahía conocido como Axé, y su participación en el Carnaval de Salvador en los tríos eléctricos junto a la banda Timbalada es un fenómeno popular.

Carlinhos se hizo famoso también por tirar ritmos con cubos de basura y baldes de agua. Además de Timbalada, otros proyectos paralelos realizados en Bahía, fueron, entre otros: un espacio musical llamado Candyall Gueto Square, el Estudio Ilha dos Sapos, el Trío Eléctrico Camarote Andante y la Asociación de Acción Social Pracatum...

Sin embargo, el punto definitivo para su conquista del universo musical mundial fue la película de Fernando Trueba –y el lanzamiento de un CD paralelo– El milagro de Candeal, documental sobre la música, así como la cultura de Salvador de Bahía y los proyectos sociales que Brown ha desarrollado desde hace años en la favela de Candeal. El trabajo obtuvo dos premios Goya de la academia de cine español en enero de 2005 por mejor documental y mejor banda sonora original.

Carlinhos Brown se dirigió al público: “Hemos preparado para este importante festival un viaje especial sobre música brasileña: samba, rumba, batucada hasta llegar a algo muy caliente. Además, queremos recordar a Cantinflas, quien fue muy importante para mi padre y para toda mi familia”.

Comenzó entonces la fusión con el tema Carlitos Marrón como estandarte, para que Carlinhos Brown se desplegara sobre el escenario: pasó de la percusión a las guitarras, de los alientos a los sintetizadores y del canto nuevamente a los instrumentos percutivos. Bajó varias veces del escenario; mientras cantaba se tomó fotografías y dio autógrafos.

En otro momento tuvo que sortear algunas coplas que surcaron el lado más fino de su actuación, pero que bajonearon la euforia del público.

Pero se rehizo para volver a explotar y lanzar: Hay quienes creen en la guerra y la violencia; cuando uno está dentro de ellas hay que recurrir a lo sagrado, a los ancianos, a la familia y ahí encontraremos las respuestas, frase que puso el ánimo de los asistentes en un nivel intachable.