Las mises de los capos de México, Colombia y Perú
os capos de todos los tiempos y nacionalidades gustan tener a su lado a mujeres bonitas, sensuales. Rubias la mayoría. El cine y las novelas documentan esta preferencia y muestran cómo los capos de antes, los de la mafia italiana, por ejemplo, buscaban que sus amantes no fueran famosas. Nada de cetros o cosa parecida porque atraían los reflectores y a la policía. Discreción ante todo.
Sin embargo, las cosas han cambiado: especialmente los capos de México, Colombia o Perú se muestran felices de lucir a reinas de belleza o a modelos espectaculares. Algunos llegan a tener varias a la vez. La costumbre comenzó en Colombia, país de reinas, durante otro reinado: el de los cárteles de Cali y Medellín. Pronto cundió por el resto del continente. Lo que sí no ha variado es el código de honor de que la amante de un capo le debe fidelidad.
De esas relaciones se ocupan las policías que combaten la delincuencia y mucho más los medios amarillistas. Cuando las bellezas caen en algún operativo las acusan de integrar la banda que dirige su novio o protector, poseer miles de dólares, armas y droga. Exhibirlas públicamente sirve para demostrar el éxito de la lucha contra el mal. Al poco tiempo salen libres, pero desprestigiadas, porque nunca hubo pruebas contra ellas.
Es el caso de Miss Sinaloa 2008, Laura Zúñiga, también Reina de Hispanoamérica, detenida en Guadalajara junto a su novio, un delincuente. O las modelos y reinas que tenía a su disposición en Perú el capo Demetrio Chávez, alias Vaticano, protegido de Vladimiro Montesinos, jefe de inteligencia del gobierno de Fujimori. O las que alegraban la vida de Óscar Rodríguez, Turbo, y Miguel Dávida, Mc Donald, dos pájaros de cuenta. O Miss Antioquia, Juliana Sossa, novia del narco José Jorge Banderas, alias JJ, agresor del futbolista Salvador Cabañas.
La más reciente exhibición es la de Miss Honduras 2009, Bélgica Suárez, detenida hace un mes en Tegucigalpa con 30 mil euros y joyas. Dijo ignorar que debía declarar ante la autoridad si traía más de 10 mil dólares en efectivo. La liberaron casi de inmediato. Igual le pasó a la cantante y rijosa grupera Jenni Rivera, detenida en el aeropuerto de la ciudad de México con 52 mil dólares que olvidó declarar antes de volar a Estados Unidos.
La película Miss Balas y varios libros convertidos en series de televisión recrean la inocencia, lealtad y ambición de las mises y modelos seducidas por capos. Cómo arriesgan su vida. Cómo algunas han muerto al lado de su mecenas. Todo por ir en busca del dinero fácil.
Otras reinas, destronadas, como la Belleza México Cyntia de la Vega, se quejan del trato que reciben. En este caso, de Televisa y su empleada Lupita Jones. Me ofrecieron vida de reina y me dieron trato de Cenicienta
, dijo. Promete más revelaciones.