En el majestuoso Palacio de Bellas Artes, el jazz mexicano tuvo el pasado martes una noche inolvidable, en la cual 10 de sus pioneros recibieron un homenaje y algunos de sus compañeros tocaron para ellos. De maestros para maestros.

El programa se siguió casi al pie de la letra, salvo el detalle del pionero Enrique Nery con 50 años de trayectoria, quien tomó el micrófono y dedicó su premio a Mario Patrón y a Mario Ruiz Armengol, quienes dejaron huella humana y musical.

Finalmente jazzistas, aunque al acabar la última pieza del prograna ya algunos asistentes se dirigían a la salida del recinto, ante los gritos de quienes pedían otra, regresaron Yekina Pavón y Abraham Barrera para reventarse un encore al que se sumó el trompetista Luis Gálvez, quien es gringo, pero cuyo papá nació en Guanajuato. Con su instrumento, volvió a echar su cuerpo hasta niveles de una garza en cortejo, al punto del quiebre de su columna vertebral, como en los días en que tocaba con Janis Joplin y Jefferson Airplane. Y se sumaron otros maestros, que en unos segundos formaron un combo.

El público, emocionado, aplaudió tras más de dos horas de arte jazzístico.

Antes, el crítico de jazz Antonio Malacara agradeció a la Coordinación de Música y Ópera de Bellas Artes su apoyo para la realización del tributo. Tajante, afirmó que el jazz mexicano es una realidad y tiene historia. Para comprobarlo, leyó una lista de músicos cuyos apellidos o nombres comienzan con la letra a. Fueron muchos y todos con una trayectoria destacada.

A su lado estaba la cantante Iraida Noriega, quien habló de cómo el jazz ha estado presente en su vida desde temprana edad y, sobre todo, mediante su padre, el también cantante Freddy Noriega. Se unió a la afirmación de Malacara en el sentido de que el jazz es parte de nosotros, de nuestra cultura. Ya es una realidad nuestra.

Erik Montenegro, anfitrión, al igual que Iraida, y voz de la estación de radio Horizonte, expuso: Si de jazz hablamos, tendría que improvisar, pero la verdad es que no se me da mucho. Y leyó un texto para la ocasión: ¿Jazz en México? Demos vuelta a la página y digamos: jazz en México (...) Aquí, hoy, premiamos a la raíz del jazz en México.

Los 10 maestros pioneros que recibieron su distinción, entre aplausos y vivas, fueron: Salvador Agüero, baterista; César Molina, trompetista; Enrique Nery, pianista; Olivia Revueltas, pianista; Francisco Téllez, pianista, Gonzalo González Chalillo; Leo Muñiz, trompetista; Juan Ravelo, saxofonista; José Sánchez, El Tigre, baterista, y Enrique Valadez, contrabajista.

El concierto-homenaje comenzó calmo, como lo había anunciado Enrique Nery, quien tocó Soñé, de Mario Ruiz Armengol. Nery, Iraida y el contrabajista Aarón Cruz tocaron: ¿Quién eres tú? y Cry me river.

El Quinteto de Tommy Rodríguez, en el que participó Luis Gálvez, tocó Jazz en Roguz y Misty. El pianista Francisco Téllez tocó Body and Soul; Yekina y Abraham interpretaron Quiero cantar y Me va, me va. Héctor Infanzón, al piano, se lució con Rincón brujo, y Olivia Revueltas tocó Fables of Faubus.

Así acabó el concierto, en el que se impuso el jazz y algunos maestros, aunque no llevaban un plan, improvisaron.