Marissa Saavedra escribió y actúa el stand-up unipersonal Concierto desamor, que se presentará en el Foro 81 de El Convite, los miércoles de agosto, donde una mujer bella y con poca ropa, negra y translúcida, se apoyará en una barra de bar y al calor de los tequilas mitigará un dolor sentimental que la hará cantar rancheras de José Alfredo y Cuco Sánchez, entre otros creadores bravíos.

En entrevista, Saaveedra, integrante de la compañía Una Güera y Una Morena Producciones, expresó que desde 2005 se ha dado a la tarea de utilizar la música mexicana para llevarla al escenario. “Investigo acerca de la teatralidad que hay en las canciones. En este caso, me centro en el tema del desamor por un momento de vida que yo pasé en el que me puse a interpretar varias de desamor. Me di cuenta de que son textos muy bonitos y que cada pieza es una historia que forma parte de nuestra vida. Además, nos ayudan a reconocemos como mexicanos. Sentí que José Alfredo dice algo de mí, al igual que de todo mexicano.

Por medio de las canciones, el mexicano se relaciona con el desamor. Algunos temas podrían parecer viejos y de otro tiempo, pero en este 2011 se aplican igual, porque tenemos una educación sentimental que le debemos en gran medida a José Alfredo y que corresponde a nuestra modernidad. Ese es en gran medida el juego: cómo esas canciones influyen en nuestra manera actual de ver y sentir el amor y el desamor.

Se trata de un monólogo desarrollado durante una hora en el que Marissa se proyecta actoralmente, pero es ella misma. Son experiencias a partir de un encuentro amoroso. Hago un recorrido por sensaciones de dolor. Es cuando odias y amas profundamente. Es el rencuentro con un amor perdido, cuando asumes que ya se perdió para siempre. Todo mundo pasamos por esas etapas, hombres y mujeres.

Se escuchan El enamorado, La media vuelta, Tú, sólo tú; dos de Chava Flores que son románticas y dramáticas; La noche de mi mal, ¡puras canciones bien sentidotas!

“En el show digo que dichas canciones tienen que ver con nuestra educación sentimental. ¡Somos bien chillones y sufrimos tremendamente!, pero... me gusta ese romanticismo. Lo que no me gusta es que nos hagamos las víctimas de ese romanticismo, del azote, el cual hay que vivirlo, sí, pero después... ¡a lo que sigue! El problema es quedarse atrapado en esa onda del sufrimiento. Me parece interesante ese análisis de la modernidad unida a la tradición.

En las canciones se alude al amor eterno, pero la verdad es que eso no pasa. Así como la vida se acaba, todo se acaba.

En esta obra hay anécdotas y una, dijo Marissa, es la de aceptar que todo es finito y se acaba, incluyendo el amor. Cuando alguien te corta y te termina creo que tampoco está mal, al igual que sufrir un rato. Debo decir que mi gran maestra es Lucha Reyes.

Aunque el espectáculo es de música mexicana, insistió en que no se cae en lo tradicional. Sobre salir con poca ropa y provocativa, dijo que es una obra de cabaret. La estética es un poco de cabaret alemán y de intimidad. El personaje llega al escenario a contar intimidades y la intimidad mayor es el dolor.

La cita es a las nueve de la noche en el Foro 81 de El Convite, sito en Ajusco 81, Portales sur. Cupo limitado. Reservaciones al 56880428. Cover $150.