Un mes después del accidente los mareos todavía asaltaban al piloto mexicano Sergio Pérez. Estaba preocupado porque pensó que nunca se iría ese malestar que le impidió participar en el Gran Premio de Valencia. Todo iba perfecto para el joven debutante en la Fórmula Uno, hasta que en el circuito de Montecarlo, a la salida de un túnel, estrelló su auto contra uno de los muros. Fue un accidente aparatoso.

Lo único que pensaba en el hospital Grace Kelly, en Mónaco, adonde fue llevado por una leve conmoción y un esguince en el muslo, era reponerse para correr al día siguiente, narró ayer Checo en una conferencia en la la ciudad de México, mientras trascurre la pausa veraniega de la temporada de la F-1.

Los doctores hasta se sorprendieron de que no me hubiera pasado nada porque el choque fue impresionante; sólo me dolía la pierna, señaló.

A pesar de los deseos por competir, Pérez se perdió Montreal y un mes después regresó a las pistas, en Valencia, donde aún sentía los estragos de aquel percance.

No fue fácil volver a las pistas porque además sufrió un golpe anímico muy fuerte, reconoció el piloto mexicano, porque antes de esa fecha su equipo, Sauber, estaba haciendo las cosas muy bien, agregó.

Dijo que, sin embargo, ese accidente le sirvió para darse cuenta del lugar en el que está parado, en ese mundo frío que es la Fórmula Uno, en donde abundan los egos y hay intereses en juego: Ahí hay poca gente en la que puedes confiar.

Aún así el balance que hace el tapatío es positivo, porque en su primera temporada en el máximo circuito consiguió sorprender rápidamente en su primera competencia, en la que terminó séptimo en Australia, aunque luego fue descalificado por el diseño de su auto.

Hice que los ojos de todos voltearan a verme; a pesar de la descalificación, consideró Checo.

A lo que aspira es a terminar como novato del año, aunque aclaró que la pelea por ese reconocimiento está muy reñida.

Todo esto le hace sentir el fuerte apoyo de la afición, al considerar que ésta ha crecido con su participación en el máximo circuito, y el reconocimiento de todo un país. Aunque no olvida que cuando recién se anunció su ingreso a las filas de esta categoría recibió algunas críticas.

Acusaciones, dijo, que ponían en duda la manera como llegaba a la Fórmula Uno y que especulaban que se debía a la influencia de sus patrocinadores.“Que yo estaba ahí… ya saben por qué… no hace falta decirlo”, soltó Pérez.

Para mí no ha sido fácil, saben que me ha costado mucho esfuerzo; después del debut tuve altibajos, recordó.

Sobre sus aspiraciones se mostró mesurado y prudente: Hay que recordar que no estoy en un equipo líder, pero los resultados llegarán poco a poco”, confió.

En estos días en los que se habla mucho de un posible regreso de la Fórmula Uno a México, el corredor tapatío dijo que existen condiciones para hacerlo, además de que el ambiente es favorable, pues los pilotos y equipos están muy emocionados con la posibilidad de competir en este país.

Estoy seguro de que será cuestión de tiempo para que regrese el máximo circuito a México, y que será uno de los grandes premios de la temporada.