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Indicios de nueva recesión mundial
S&P, corresponsable de la crisis de 2008, que abonó al déficit de EU: Krugman

La agencia insiste en que rebajó la calificación a los bonos del Tesoro debido a la clara falta de acuerdo entre demócratas y republicanos en política fiscal

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Francfort, principal plaza bursátil de la eurozona, retrocedió 5.02 por cientoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 9 de agosto de 2011, p. 2

En Estados Unidos existe una clara falta de acuerdo sobre política fiscal entre los dos partidos que se reparten el poder. El argumento fue esgrimido ayer por el principal directivo de Standard & Poor’s (S&P), agencia de calificación que el viernes pasado redujo la nota de solvencia a los bonos del Tesoro, para defender una decisión que ha sido cuestionada por las autoridades del país vecino.

La firma calificadora puede reducir todavía más la nota a los bonos de la deuda pública estadunidense, hasta ahora el instrumento de inversión preferido de gobiernos y particulares, antes que regresarlos al nivel del jueves. China es el principal comprador de esos instrumentos.

Hay 33 por ciento de probabilidades de una nueva rebaja en la calificación, dijo este lunes John Chambers, director general de S&P, en una teleconferencia desde Nueva York transmitida a 14 países de los cinco continentes. Si hubiera mayor consenso entre los partidos políticos (estadunidenses) en torno a la política fiscal o sobre la forma de reducir el déficit, el país podría recuperar la AAA. Sin embargo, no vemos posible ese escenario en el horizonte inmediato, agregó.

S&P redujo de AAA a AA+ la calificación de la deuda de largo plazo, con vencimiento mayor a 10 años, emitida por el Tesoro de Estados Unidos.

Con la medida, ese país fue bajado por primera vez del grupo de naciones con la máxima nota, entre los que se cuentan Alemania, Gran Bretaña, Francia y Canadá. Una calificación AAA significa que para los acreedores el riesgo de incumplimiento de pago por el emisor es prácticamente cero, lo que hacía a los papeles estadunidenses uno de los refugios en tiempos de incertidumbre.

La reducción de la nota fue cuestionada por el Tesoro estadunidense, que argumentó una falla de cálculo de los expertos de S&P sobre la evolución del déficit fiscal de largo plazo, en torno a 2 billones (millones de millones) de dólares.

Chambers no quiso seguir el juego de las cifras. En la teleconferencia de prensa de ayer por la mañana, realizada antes de que abrieran las bolsas en el continente americano, repitió el argumento esgrimido por la firma financiera el fin de semana: nuestro análisis sobre la deuda de un país comprende riesgos políticos, económicos, externos y fiscales.

Ha sido, dijo, el tema político el que influyó en el análisis: todo el debate sobre el aumento en el nivel de endeudamiento de Estados Unidos dejó clara la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en la política fiscal.

Como el desacuerdo político no se ha despejado, añadió, la probabilidad de volver a ajustar a la baja la valoración de los bonos estadunidenses es de una en tres. La siguiente revisión será en un plazo de 12 a 18 meses.

Prestigio mermado

Precisamente la discusión sobre el déficit está en el debate en Estados Unidos, donde los sectores políticos más conservadores empujan para reducir el desequilibrio fiscal con el fin de disminuir la presencia del Estado en la vida económica (como ejecutor del gasto público y como regulador).

Este lunes, en su columna en The New York Times, el premio Nobel Paul Krugman apuntó que el déficit fiscal de Estados Unidos es en parte resultado de las medidas de estímulo puestas en práctica para hacer frente a la crisis de 2008. Y S&P, junto con las otras compañías calificadoras, jugó un papel importante en causar esa crisis, al calificar con AAA los créditos respaldados por hipotecas, que después se volvieron activos tóxicos y llevaron al desplome de varias de las firmas emblemáticas de Wall Street y al mundo a una recesión.

Krugman recordó que S&P otorgó una calificación de grado de inversión a Lehman Brothers un mes antes de que el emblemático banco de inversión se colapsara, en septiembre de 2008.

Estados Unidos tiene muchos problemas, apuntó Krugman, pero S&P no tiene ningún derecho a juzgar.

Añade el Nobel de Economía: “Si hay una palabra que puede describir bien la decisión de S&P de degradar la calificación de Estados Unidos, esa es chutpaz (descaro, en yidish), tradicionalmente definida con el ejemplo del joven que asesina a sus padres y después pide clemencia por ser huérfano”.

No formula Krugman la pregunta, pero queda la duda: ¿quién paga a S&P por sus análisis y calificaciones?

Parteaguas

La rebaja en la valoración sobre la solvencia del gobierno estadunidense era ya anticipada por participantes en los mercados financieros, después de que la discusión sobre el aumento en la deuda de ese país dejó al descubierto la falta de acuerdo político entre las dos fuerzas que predominan en el poder político y económico estadunidense. Sin embargo, no dejó de ser un hecho relevante, de acuerdo con especialistas.

La probabilidad de que la reducción en la nota de la deuda de Estados Unidos represente un parteaguas, tanto para la economía global como para los mercados, es grande, dada la importancia del mercado de bonos del Tesoro para valuar los activos de cero riesgo, comentaron este lunes Ethan S. Harris y Priya Misha, analistas de Bank of America/Merrill Lynch.

Desafortunadamente, la primera reacción en Washington ha sido buscar culpables y cuestionar la decisión y metodología de S&P. Esto implica que las autoridades no utilizarán este evento como una alarma para crear un plan a largo plazo para el déficit.