Minimizar las cifras de pobreza puede provocar cambios en las políticas sociales: Damián
En inseguridad moderada viven 15.8 millones de personas, esto es, 1.8 millones más que hace dos años
Según sus datos, 55.7% de la población tiene acceso a comida suficiente
Lunes 8 de agosto de 2011, p. 40
El 46.1 por ciento de los mexicanos –49.9 millones– padece algún grado de escasez de alimentos y 55.7 por ciento viven con seguridad alimentaria, es decir, tienen acceso a comida suficiente para llevar una vida activa y sana, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Los datos de la carencia de inseguridad alimentaria, uno de los seis derechos sociales que considera el Coneval para medir la pobreza, contrastan con las cifras que reportó: hay 11.7 millones de personas en pobreza extrema y 12.2 millones de mexicanos padecen inseguridad alimentaria severa.
El riesgo de minimizar las cifras de pobreza puede provocar cambios en la política social, ya que Oportunidades atiende a alrededor de 21 por ciento de la población nacional, más del doble del porcentaje que, de acuerdo con la medición oficial que reporta el Coneval, vive en pobreza extrema, que es de 10.4 por ciento (11.7 millones de personas). Esto puede provocar que quienes no estén considerados en esta miseria podrían perder esos apoyos, advierte en entrevista Araceli Damián, investigadora de El Colegio de México.
Esto puede llevar a una distorsión en las políticas, porque puede llegar un neoliberal y decir que se gasta mucho en pobreza, y que sólo se deberían dar apoyos a pobres extremos, que son esos 11.7 millones. Ahora hay que ser dos veces pobre: por carencias y por ingreso, lo cual se refleja en estos datos
, añade.
Recuerda que hace dos años, de acuerdo con la medición de pobreza por ingresos, en pobreza alimentaria había 20.2 millones de personas y este año se reportaron 21.2 millones: 10 millones más de lo que muestran los indicadores oficiales.
Las cifras del Coneval llevan a la mentira de decir que la pobreza extrema no se incrementó, que se mantiene igual que hace dos años, y es falso, porque el indicador de acceso a la alimentación creció en 5 millones de personas en dos años. Qué más pobres extremos puede haber que alguien con inseguridad alimentaria, que se va a la cama sin alimento, con hambre, que algún miembro del hogar coma menos y los niños carezcan de alimentos
, cuestiona. Ahora se ponen más requisitos para ser pobre: se vio que 44.5 por ciento, reportado en 2008, era una cifra más baja que la de la pobreza de ingresos patrimonial, que fue de 47.7.
Desde que salió el dato se pensó que la pobreza multidimensional sirvió para bajar y no para profundizar en el problema
, dice por su parte Julio Boltvinik.
De acuerdo con la información del Coneval, en inseguridad alimentaria moderada viven 15.8 millones de personas, 1.8 millones más que hace dos años, mientras en grado severo hay 12.2 millones, esto es, 1.4 millones más, que da en total 28 millones de personas: 5 millones más que en 2009.
En tanto, en inseguridad alimentaria leve vive 19.5 por ciento de la población, es decir, 21.9 millones de personas –2.4 millones más que en 2008–, aunque para tener una medida que refleje con la mayor precisión posible la existencia de limitaciones significativas
en el ejercicio del derecho a la alimentación se considera en situación de carencia por acceso a la alimentación a los hogares que presenten un grado de inseguridad alimentaria moderado o severo, indica el Coneval en el documento donde detalla la metodología de la medición multidimensional de la pobreza.
Explica que adoptó el criterio de la FAO de seguridad alimentaria, el cual es el acceso en todo momento a comida suficiente para llevar una vida activa y sana, lo cual está asociado a los conceptos de estabilidad, suficiencia y variedad de los alimentos. Este concepto se encuentra estrechamente vinculado con el acceso a la alimentación, por lo que se considera apropiado para la medición del indicador de carencia para esta dimensión
.
Agrega que las escalas de seguridad alimentaria evalúan aspectos como la preocupación por la falta de alimentos, los cambios en la calidad y cantidad de los mismos, e incluso las experiencias de hambre. Detecta cuatro posibles niveles de inseguridad alimentaria: inseguridad alimentaria severa, inseguridad alimentaria moderada, inseguridad alimentaria leve y seguridad alimentaria.
(Con información de Angélica Enciso L.)