En su novela, la autora también explora el anhelo de libertad
Domingo 7 de agosto de 2011, p. 6
Con una obra literaria –ensayo, narrativa y poesía– que gira en torno al amor y el desamor, tiempo y destiempo, incomunicación y muerte, Aline Pettersson decide, en su novela más reciente, explorar el deseo alrededor de los sentidos y la búsqueda de la libertad.
Entrevistada en su casa, la escritora comenta que la libertad es un deseo que todos los seres anhelamos, y si bien la libertad absoluta no existe, las personas tienden a querer ser libres y no quedarse atrapadas por las situaciones.
En la novela Deseo (Alfaguara), Pettersson aborda tanto pasajes desde la inocencia que despierta, como escenas de plena carnalidad. A lo largo de la historia, la autora describe cómo Leonora, la protagonista, va descubriendo, en sí misma y en quienes la rodean, la pasión, las posibilidades del cuerpo, el creciente movimiento de los sentidos.
Sentir sin trabas
La ganadora del Premio Latinoamericano y del Caribe Gabriela Mistral (1998) aclara que el deseo, la curiosidad y la pasión, son movimientos del ser que lo llevan a tener una vida más plena, por eso detrás de la historia de Leonora está la libertad, permitirse sentir sin trabas.
Para Pettersson, la rutina lima todos los picos de deseo y de búsqueda de libertad: El hombre se va acondicionando en esa rutina y son estos cambios en contra de la rutina los que permiten un renacimiento interior en la gente
.
En la obra, la escritora explora el deseo alrededor de los sentidos. La música está presente en la historia, con el sentido de la audición; también está la vista; existe un placer por lo que se ve, no siempre relacionado con la pareja, también con la sensación de mirar, por ejemplo, la preparación de una tarta que la protagonista realiza, a la espera del ser amado.
En la novela exploré el sentido de la vista relacionado con la pintura, porque el deseo abarca todos los sentidos, no sólo uno
, comenta la autora.
Desde el primer vislumbre de la otredad hasta la exploración del cuerpo y desde la primera transgresión sexual y el declive de la vida, Pettersson presenta la vida de Leonora, cargada de erotismo.
“Intenté explorar desde la curiosidad infantil de la mujer y el proceso de una vida, porque era importante destacar que a Leonora –no aparece directamente en los relatos– le tocó vivir en una época de cambio de perspectiva frente al gozo erótico, cuando la educación era muy restringida, y de pronto en la década de los 60 la libertad se incrementa.”
Otro aspecto presente en la novela es la sexualidad, al respecto la autora señala que el ser humano es marcado por diferentes situaciones en la vida, y si una persona es heterosexual, esto no impide que pueda provocar deseo en una persona de su mismo sexo: Aline aborda está temática en la historia.
En Deseo, la escritora también explora el erotismo en la vejez y lleva a la protagonista hasta el final de la historia a vivir en libertad, a recordar las horas pasadas que tatuaron en ella la plenitud de los sentidos.
A lo largo de 21 capítulos, Pettersson, con soltura y sutileza, revela un mundo femenino lleno de pasión, de emociones, que producen un hormigueo en la piel. Cada palabra, cada oración, muestran el camino hacia el placer.
“La novela –agrega la autora– es una exacerbación de los sentidos, las sensaciones están presentes. Por ejemplo, si voy a una exposición de pintura y me conmuevo se me borran las palabras y lo que veo produce una especie de lenguaje interior que me estimula y emociona mucho; lo mismo sucede con la música, que produce un olvido para insertarse en otro lenguaje y percibimos de otra manera al mundo.”