Bruselas, 5 de agosto. Europa pidió la cooperación política internacional para enfrentar la crisis de deuda, al considerar que no se trata de un asunto que atañe sólo a la zona, sino de un problema de dimensión mundial.

Las bolsas del planeta se desplomaron esta semana, ante el temor de que la crisis de la deuda en la eurozona arrastre a Italia y España –la tercera y cuarta economías de la región, las cuales representan 30 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la unión monetaria–, así como por la amenaza de recesión en Estados Unidos.

Las turbulencias actuales no sólo afectan a Europa, tienen dimensión global con repercusiones globales. Una coordinación política internacional a través del G-7 y el G-20 es de crítica importancia, afirmó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Algunas razones para estas tensiones están relacionadas con acontecimientos de fuera de la zona euro. La confianza del inversor ha sido afectada negativamente por el impacto de la negociación del techo de la deuda en Estados Unidos y por recientes datos que sugieren un ritmo flojo de la economía mundial, agregó.

Por lo anterior, señaló, deben actuar tanto los países más ricos del planeta, que conforman el G-7, como las más importantes economías en desarrollo, agrupadas en el G-20 (entre ellas México).

El elevado endeudamiento y el débil crecimiento de las economías occidentales ha disparado todas las alarmas en los mercados financieros. Bajo ese escenario, la mayoría de los dirigentes europeos, incluido el propio Rehn, en plenas vacaciones veraniegas, se movilizaron este viernes para tratar de apaciguar el pánico ante el riesgo de que la crisis de la deuda arrastre a España e Italia.

Varios mandatarios y representantes mantuvieron conversaciones telefónicas, a las que se sumó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con el fin de encontrar soluciones y enviar un mensaje tranquilizador a los mercados.

Las conversaciones ocurren en momentos en que el costo de los bonos de Italia siguió subiendo y cuando se da a conocer que las economías de ese país y de España se desaceleraron en el segundo trimestre del año.

Las primas de riesgo de los dos países, es decir, el diferencial del coste de sus bonos con el alemán, de referencia en la zona euro, marcaron este viernes nuevos máximos históricos, a niveles inasumibles por ambas naciones.

Así, los niveles llegaron a 408 puntos básicos respecto a España y 407 para Italia.

Además se informó que en el segundo trimestre el crecimiento en España se desaceleró y se situó en 0.2 por ciento, frente a 0.3 del primer trimestre, mientras en Italia el crecimiento fue de apenas 0.3 por ciento, respecto al también escaso 0.1 de los primeros tres meses de 2011, según datos oficiales.

Grecia, Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña han reclamado una aplicación rápida de los acuerdos de la cumbre de Bruselas del 21 de julio sobre la crisis en la zona euro, uniéndose a España y a las instituciones europeas, que se expresaron de la misma manera la víspera.

En esa cumbre, los dirigentes europeos acordaron un nuevo paquete de ayudas a Grecia –el primero de los tres países de la zona euro rescatados, además de Portugal e Irlanda– y dotar de mayores competencias el fondo de rescate creado para apoyar a los países en apuros. Bruselas pidió unas semanas de tiempo para poder implementar las medidas y que puedan estar listas a principios de septiembre.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció que acelerará la implementación del plan de austeridad para lograr el equilibrio fiscal en 2013, con el fin de reactivar la economía y calmar los mercados.

Tras el anuncio de acelerar los recortes, el Banco Central Europeo dijo que el lunes empezará a comprar bonos italianos.