La vida de 17 miembros de su familia y la mía corren peligro
Miércoles 3 de agosto de 2011, p. 21
Micaela Cabañas Ayala, hija de Lucio Cabañas, solicitó apoyo para salir del país junto con 17 integrantes más de su familia, porque la vida de ellos y la mía corren peligro, igual que la de mi hijo
.
En conferencia de prensa, en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en la ciudad de México, manifestó que a raíz del asesinato de su madre, Isabel Ayala, y su tía Reyna, ocurridos a principios de julio, han sufrido amenazas y, por tanto, los integrantes de su familia se han trasladado de un lado a otro para evitar acciones o ataques.
Quiero regresar a mi casa; sé que no es posible. Reitero: por favor apóyenme, no tengo a nadie más, no tengo madre ni padre
, manifestó con voz entrecortada por el llanto, durante el encuentro en el cual exigió justicia para esclarecer los crímenes de sus familiares.
Acompañada de integrantes de las agrupaciones Tierras Unidas del Sur y Nacidos en la Tempestad, pidió apoyo jurídico para tramitar una visa humanitaria o asilo político.
Diego Lucero Estrada, de Nacidos en la Tempestad, afirmó que no cuentan con abogados y que tampoco ninguna organización de derechos humanos se ha acercado a Micaela para abordar este asunto.
Entre lágrimas, la hija de Lucio Cabañas resaltó que cuando ocurrió el asesinato de su madre y su tía, inicialmente pensó que se trataba de un asalto porque se habían llevado sus cosas, pero cuando a las 9 de la noche del día de los crímenes recibió una llamada procedente del número celular materno, con la voz de un hombre amenazándola, cayó en la cuenta que el ataque pudo haber estado dirigido a ella.
A raíz del doble homicidio de las hermanas Ayala Nava, 18 integrantes de la familia se vieron obligados a abandonar su comunidad, Xaltianguis; por razones de seguridad no revelan su paradero actual. Están a la espera de poder salir de México.
Micaela Cabañas explicó que decidió hablar a la prensa, exponerme y hacer ruido
para que los asesinatos no queden impunes, tras señalar que las investigaciones no han avanzado.
En un comunicado distribuido entre la prensa, se afirmó que el Estado mexicano nunca investigó ni sancionó la detención arbitraria, tortura y desaparición de Isabel Ayala y su hija en los años 70, ni emprendió acción alguna para castigar a los responsables del exterminio de la familia Cabañas, 158
, reveló Catarino Hernández del Campo, de Izquierdas Unidas del Sur.
“Y tampoco tuvo iniciativa alguna para reparar el daño a las víctimas, incumpliendo así con diversos tratados internacionales en materia de derechos humanos… La impunidad absoluta en los crímenes de Estado del pasado ha dejado en una situación de vulnerabilidad extrema a las víctimas, lo que ha posibilitado nuevos ataques, lacerantes y horrorosos, contra sus personas.”