Oslo, 2 de agosto. La jefa de la derecha populista, Siv Jensen, afirmó hoy que los desafíos y debates a los que se enfrentaban Noruega y el mundo antes de los ataques perpetrados por el extremista noruego Anders Behring Breivik el 22 de julio, persisten actualmente, incluida la amenaza islamita, y apuntó: Al Qaeda aún sigue rondando.

La cosa nueva, lo que nos ha sido recordado de manera horrible, es el hecho de que el terrorismo puede revestir numerosas formas, con diferentes retóricas y diferentes ideas locas detrás, indicó Jensen, quien es la presidenta del Partido del Progreso.

Jensen se desmarcó de las declaraciones del jefe de la ultraderecha de Francia, Jean-Marie Le Pen, sobre la ingenuidad casi criminal de la sociedad noruega.

La lideresa extremista y su partido antinmigración denuncian con regularidad lo que denominan islamización creciente de Noruega, pero han rechazado todo lazo con Behring Breivik, quien también fue miembro del Partido del Progreso entre 1999 y 2006 y se presenta como un cruzado enzarzado en una guerra contra la invasión musulmana en Europa occidental.

Sobre el tema de la migración, Pia Kjaersgaard, presidenta del Partido del Pueblo Danés, de extrema derecha, afirmó en Copenhague que no cambiará de opinión ni moderará su discurso sobre el tema, si bien admitió que el único responsable de los ataques en Noruega fue el asesino.

Behring Breivik, quien mató a 77 personas en dos ataques, uno al hacer estallar un coche bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo y otro al abrir fuego contra un grupo de jóvenes laboristas en la isla de Utoeya, reconoció en su manifiesto de mil 500 páginas, divulgado poco antes de los atentados, que para cometer la matanza se entrenó con videojuegos, entre ellos World of Warcraft y Call of Duty-Modern Warfare.

Estos juegos fueron retirados desde el pasado 24 de julio del mercado en Noruega, explicó este martes la principal cadena de videojuegos de Noruega, Coop Norge, que afirmó haber tomado esta decisión por respeto a los familiares de las víctimas.

Por otro lado, el fiscal de la policía de Oslo, Christian Halto, señaló que Behring Breivik pidió dirigirse en inglés al tribunal encargado de su proceso, y que sea un siquiatra japonés el que evalúe su estado mental bajo el argumento de que lo entenderá mejor que un europeo y porque se siente afín al concepto del honor que se tiene en ese país, explicó a los medios su abogado Geir Lippestad.

Ambas demandas fueron rechazadas y el tribunal de Oslo ya designó a dos siquiatras noruegos para que determinen si Behring Breivik –quien, según su abogado, es un demente– es penalmente responsable de los hechos.

Thomas Heggamer, un experto noruego en terrorismo e islamismo, destacó recientemente que Behring Breivik se mostraba fascinado por Japón y Corea en su manifiesto, además de declararse en guerra contra el Islam.