Sostenido aumento en el valor de los activos bursátiles; llega a 6 billones de pesos: CNBV
Remontan pérdidas ocurridas por la crisis de 2009, que afectó más a estratos menos favorecidos
Miércoles 3 de agosto de 2011, p. 24
Unos ganan, otros pierden. Mientras 12.2 millones de mexicanos cayeron en la pobreza en el transcurso de este sexenio, un puñado de inversionistas con intereses en el mercado accionario local incrementó el valor de sus activos a una cantidad que equivale a 45 por ciento del valor de la economía nacional, mostraron datos oficiales.
El valor de los activos de 203 mil 23 inversionistas con recursos invertidos en la Bolsa Mexicana de Valores, que en términos comparativos equivalen a 0.18 por ciento de la población total del país, sumó en junio 6 billones 122 mil 632 millones de pesos, reportó este martes la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Los activos de ese reducido número de inversionistas en el mercado accionario mexicano equivalen a 45 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, indicador que mide el valor de los bienes y servicios producidos por la economía.
Para los inversionistas particulares, empresas o instituciones financieras con acceso al mercado bursátil, los últimos han sido años de constante ganancia, aun con una crisis en medio que minó temporalmente la rentabilidad de sus activos. Una historia diferente a lo ocurrido con los estratos más vulnerables de la población.
Panorama contrario al aumento de pobres reportado por Coneval
Al inicio de la actual administración federal, en diciembre de 2006, el valor de los activos de los inversionistas en el mercado bursátil mexicano fue de 3 billones 507 mil 247 millones de pesos, cantidad que entonces equivalía a 37.17 por ciento del producto interno bruto, de acuerdo con datos de la CNBV, organismo regulador del sector.
Cuatro años y medio después, los activos propiedad de los inversionistas en el mercado accionario han crecido 74.6 por ciento: pasaron de 3 billones 507 mil 247 millones de pesos en diciembre de 2006 a los actuales 6 billones 122 mil 632 millones de pesos, que corresponden a junio de este año, según la información de la CNBV.
Además del crecimiento en sí mismo, el porcentaje de esos activos respecto del valor de la economía nacional también se ha vuelto más relevante. En 2006 representaban 37.17 por ciento del PIB, relación que aumentó a 45 por ciento a mediados de este año, un aumento de 7.9 puntos porcentuales en la riqueza nacional.
Desde que la crisis que estalló en el otoño de 2008 y se extendió hasta finales del año siguiente provocó una destrucción de riqueza en los mercados financieros de todo el mundo, entre ellos el de México, los inversionistas locales han logrado remontar las pérdidas. También aquí hay una situación contraria a la experimentada en el bienestar de los estratos de población menos favorecida, en los cuales la pobreza no ha hecho sino crecer en los últimos años.
En 2008, el valor de los activos invertidos en ese entonces por 195 mil 47 inversionistas en el mercado bursátil mexicano fue de 3 billones 981 mil 801 millones de pesos, cantidad equivalente a 32.7 por ciento del producto interno bruto, de acuerdo con los datos de la CNBV.
Desde ese punto bajo, el valor de los activos de los inversionistas en el mercado bursátil han crecido en 53.77 por ciento y, sobre todo, ha incrementado su participación en el producto interno bruto en 12.3 puntos porcentuales.
La semana pasada, el organismo oficial encargado de medir la pobreza en México reportó que en el transcurso de este gobierno, que termina a finales del próximo año, aumentó en 12.2 millones el número de personas en pobreza en el país.
El número de personas en pobreza de patrimonio
aumentó de 45 millones 502 mil 304 al inicio de la actual administración federal a 57 millones 707 mil 660 a finales del año pasado, reportó la semana pasada el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el organismo oficial encargado de medir la pobreza en el país.
En pobreza de patrimonio
el organismo considera a aquellas personas con insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios
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