Con un Santos, asesino, integrantes de la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de la Masacre de Sucumbíos, Ecuador, despidieron al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, al salir del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde recibió de manos del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, las llaves, el pergamino y la medalla como huésped distinguido de la ciudad de México.

Rita del Castillo, madre de Juan González, uno de los cuatro jóvenes mexicanos asesinados el 1^O de marzo de 2008 en Sucumbíos, repudió esa distinción: cómo es posible que ahora el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, lo reciba y lo condecore, cuando debió condenarlo. Se convirtió en cómplice.

Pese a los esfuerzos de elementos del Estado Mayor Presidencial y del gobierno capitalino, los manifestantes lograron desplegar dos mantas con las fotografías de los estudiantes muertos y de Lucía Morett, sobreviviente de la masacre, a pocos metros del automóvil donde era conducido el mandatario colombiano, mientras Ebrard ingresaba al edificio.

¡Fuera, asesino, fuera! ¡Él ordenó la masacre!, gritaron al unísono al pasar el vehículo frente a ellos.

No sabe del terrible dolor que se siente perder a una hija, y que el culpable del asesinato de cuatro jóvenes mexicanos venga aquí, se ande paseando como si nada, explotó Ana María, sin poder contener las lágrimas.

Jorge Morett externó su indignación por la cruel persecución a que es sujeta su hija Lucía, única sobreviviente, a quien mantiene lejos de la vida pública, de su familia y de sus seres queridos, mientras Santos se pasea tranquilamente. Ella vive encarcelada en su país, resumió.

Los manifestantes distribuyeron pequeños volantes en los que se preguntaba: “¿Tú recibirías a un asesino en tu casa? Juan Manuel Santos, non grato en México”.

Calificaron de vergonzosa la actitud que muestra el Estado mexicano al recibir con las puertas abiertas a uno de los responsables confesos, junto con el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, del asesinato de nuestros hijos Verónica Velázquez, Soren Avilés, Fernando Franco y Juan González en Sucumbíos, ordenada y realizada por el gobierno colombiano, que invadió y bombardeó de manera ilegal territorio de Ecuador, en flagrante violación al derecho internacional y a los derechos humanos.

Durante la ceremonia, realizada en el Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el presidente Santos aseveró que a México y a Colombia nos une precisamente ese amor indeclinable de la libertad y de la democracia, que son las grandes conquistas de nuestros tiempos.

Ebrard manifestó que para el gobierno de la capital la visita de Santos nos permite recordar el muy estrecho y profundo vínculo que existe entre nuestros países y entre la ciudad de México y las ciudades colombianas.