Acapulco, Gro., 28 de julio. Comuneros y ejidatarios vivieron tuvieron ayer una fiesta en Aguacaliente, poblado rural de Acapulco, al conmemorar el octavo aniversario de la conformación del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a La Parota (Cecop), que rechaza el proyecto de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para construir una presa en el río Papagayo, en los bienes comunales de Cacahuatepec.

La celebración incluyó una misa, un acto cívico, una exposición de fotografías, música y declamación. A la reunión acudieron representantes de organizaciones sociales, indígenas, religiosas, académicas, campesinas y sindicales, quienes coincidieron en que el conflicto sirvió para fortalecer la conciencia social.

Felipe Flores, representante del Cecop, recordó que en 2003 mucha gente pensaba que la construcción de la presa iba a generar empleo y desarrollo, pero poco a poco fuimos haciendo conciencia de que los megaproyectos no traen desarrollo, sino el desplazamiento de miles de campesinos, deambulando de un lado para otro, porque el gobierno promete pero nunca cumple.

Destacó que quienes antes estaban a favor de la presa ahora están de nuestro lado; eso nos ha dado mucha fortaleza. Hoy llegamos a ocho años de lucha. Vivirlo es difícil porque implica mucho desgaste.

Ahora los integrantes del Cecop tenemos una responsabilidad y un compromiso, pues otras organizaciones se han acercado para preguntar cómo se ha mantenido la lucha.

José Luis Ramírez Flores, egresado de la Unidad de Desarrollo Regional de la Universidad Autónoma de Guerrero y autor de la tesis de doctorado La presa hidroeléctrica La Parota: un análisis del conflicto desde la perspectiva del desarrollo regional, sostiene que las comunidades pueden crear “su propio desarrollo desde su cosmovisión, su realidad y sus necesidades, pues ‘no se puede imponer una visión, en este caso la del gobierno”.

Antes, durante la celebración religiosa en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en Aguacaliente, el sacerdote Jesús Mendoza Zaragoza llamó a los pobladores de Cacahuatepec a no sólo defender la tierra, sino hacerla producir, pues ello representa llegar a la tierra prometida.

En la iglesia, integrantes del Centro de Estudios Ecuménicos Observatorio Eclesiástico depositaron una ofrenda floral y veladoras en forma de corazón.