Ante el retraso de dos años en la aplicación de la norma 086 sobre la obligación de Petróleos Mexicanos (Pemex) de distribuir diesel de ultra bajo azufre (UBA), organizaciones ambientalistas enviaron una carta al presidente Felipe Calderón, en la cual le piden que asigne recursos a la paraestatal el próximo año para el cumplimiento de esa regulación ambiental.

La misiva, firmada por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, el Colectivo Ecologista Jalisco, El Poder del Consumidor, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, el Centro de Transporte Sustentable y la Red por los Derechos de la Infancia en México, señala que los recursos que Pemex requiere para reducir el contenido de azufre del diesel serían de alrededor de 4 mil millones de dólares.

Con esto podría cumplir en 2014 con la distribución de este tipo de diesel, mientras los beneficios económicos totales de contar con combustibles limpios, evitar muertes, casos de bronquitis crónica y días perdidos de trabajo, serían de más de 9 mil millones de dólares.

Indicaron que también se requiere actualizar las normas 042 y 044 de control de contaminantes criterio, así como la publicación de normas de eficiencia vehicular, que necesitan para su mejor funcionamiento e instrumentación de la distribución del diesel UBA, lo que redundaría en beneficios ambientales, de salud pública, de competitividad y de lucha contra el cambio climático.

Precisaron que en términos de salud y calidad de vida, los vehículos que consumen diesel sucio son los principales responsables de la emisión de partículas contaminantes (PM10 y PM2.5), las cuales están relacionadas con el aumento de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y algunos tipos de cáncer.

Agregaron que de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología, la reducción en el contenido de azufre en gasolina y diesel de uso vehicular, en conjunto con la introducción de nuevas tecnologías vehiculares, evitaría durante 24 años unas 63 mil muertes, 270 mil casos de bronquitis crónica, 15 millones de días de trabajo perdidos y 136 millones de días de actividad restringidas por enfermedades respiratorias.