Finalmente se fundió la figura, a un año de que se inició la colecta de metal y recursos
Este 2011 cumpliría 60 años; su monumento irá a nivel de suelo, sin basamento, para quitarle solemnidad, que no va con él
, explicó Alfredo López Casanova, artista a cargo de la pieza
Sábado 23 de julio de 2011, p. 7
El próximo 19 de septiembre, en un lugar aún por definir, cerca de la estación Balderas del Metro, se develará una escultura de tamaño natural de Rockdrigo González, obra del artista jaliscience Alfredo López Casanova.
El proyecto se inició hace poco más de un año. “Llegué a la ciudad de México hace cuatro años. Mientras caminaba por ahí, un día cercano al 19 de septiembre, vi un homenaje a Rockdrigo en el Foro José Martí, y recordé mis años de estudiante.
“Rockdrigo fue el carnal que me abrió el panorama que yo buscaba, de música distinta. Un día regresé al Martí y resulta que los organizadores del homenaje a Rockdrigo lanzaron una convocatoria de recolección de llaves para construir una escultura. Me contacté con Rafa Martínez, el responsable de la página de Internet de Rockdrigo, quien me conectó con Miguel Ángel Franco, vocalista del grupo de rock La Tía de las Muchachas, quien organiza los actos del foro.”
Además de Martínez y Franco participaban en la colecta Zulema Torres, Alexander Bernal y Gerardo Colín.
La banda organizada
Ese comité consiguió apoyo de Sergio García Michel, videoasta que murió el año pasado; autoridades de los de los Faros de Artes y Oficios, así como de contemporáneos de Rockdrigo, como Roberto González, Fausto Arreguín, El Mastuerzo y León Chávez Texeiro, con quienes se organizó un concierto el año pasado, memorable, porque realzó la campaña. Debo reconocer que estuvo bien en términos de difusión, pero en cuanto a respuesta el resultado fue escaso, simbólico
, lamentó López Casanova.
En esas andaba, con el proyecto atorado por falta de dinero, cuando se comunicó con Inti Muñoz, director general del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México, a quien le platicó sobre el proyecto de la escultura. Muñoz se entusiasmó y lo apoyó.
“Entramos en contacto con Genoveva González, hija de Rockdrigo, y participó en el homenaje que organizamos el año pasado, y así han avanzado las cosas.” Hasta el domingo pasado, cuando se hizo un acto íntimo
de fundición.
“Hace 15 días se terminaron los moldes de la figura y se retocaron las ceras para la fundición. Vino Genoveva desde Tampico. Echamos las llaves al crisol para iniciar la fundición. Eso fue en San Lorenzo, aquí, en el Distrito Federal. Hicimos el acto simbólico y cada quien lanzó llaves, gente del comité, Genoveva... todo al crisol, y se fundió la figura. Así cerramos esta etapa, una más, desde que se inició la campaña Una llave para Rockdrigo. Queda pendiente el armado y la instalación.
“La idea es que se inaugure el próximo 19 de septiembre, como homenaje a Rockdrigo, como recordatorio de la tragedia y de todos los que fallecieron en el terremoto de 1985.
“Dediqué la escultura a Sergio García, quien siempre estuvo cerca de nosotros. Él acababa de presentar la película El cantar de los cantores, siempre en el asunto de la música alternativa, rupestre, tema al que siguió la pista desde los 60, hasta el año pasado. Dio seguimiento a ciertos grupos que llegaron a hacer producciones. La película se estrenó en la Sala José Revueltas, en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México. En esa presentación le pedimos que nos acompañara en el proyecto. Su muerte nos sacudió.
“Todo este proceso de la escultura ha sido compartido con Roberto González, Fausto Arreguín y El Mastuerzo... con toda la banda. El apoyo del fideicomiso ha sido clave, porque solucionaron el problema económico. La escultura pesa unos 200 kilos y no cobraré la mano de obra, porque así lo definí, con todo gusto. Para mí, Rockdrigo fue un hallazgo cuando yo andaba en mi búsqueda musical.”
En ese proceso fue importante el casete Hurbanistorias, que le abrió un panorama. “Todo mundo reconoce que a partir de la muerte de Rockdrigo su música y el rock nacional y urbano se catapultaron.”
En las cercanías de Balderas
La escultura falta ser armada, y patinada. Pensamos que debe colocarse en algún sitio de los alrededores del Metro Balderas. Una escultura bien emplazada ayuda a recuperar espacios.
López Casanova buscará que la obra sea referencial. “Irá a nivel de piso, sin basamento. Hay que quitarle solemnidad, porque no va con Rockdrigo. La escultura urbana y otro tipo de manifestaciones corren el riesgo de sufrir daños, pero también de posicionarse y de defenderse como tales.
“Es muy compacta. Rockdrigo medía 1.70, nomás. Carga una guitarra para que algún día un compa se eche una rola con él. ¡Eso estaría chingón!”
Como referencias físicas, estudió con cuidado algunas fotografías que le tomaron poco antes del 19 de septiembre de 1985, e imágenes congeladas de la película de Sergio García. “Su rostro era difícil. Tuve un modelo, pero Rockdrigo parecía un integrante de trío y cuando tocaba flexionaba las rodillas y cambié el modelo; el detalle es que estaba haciendo una escultura de alguien que murió y se movió en un ambiente alternativo que no se registraba. Ayudó mucho platicar con la banda. Varios hicieron observaciones certeras. Genoveva decía que gran parte del gesto de Rockdrigo se centraba alrededor de la boca.”
Cuidó todos los detalles, hasta los pliegues del pantalón, los de la chamarra, los lentes y los tenis, unos Panam.
“Rockdrigo cumpliría 60 años este 2011. Se quedó la imagen de cuando estaba joven.”
Alfredo López Casanova nació el 28 de agosto de 1968, en Guadalajara, Jalisco; estudió retrato en el taller María Luisa González Arechiga, y de escultura en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara. Cuenta con una licenciatura en Artes Visuales en el Ex Claustro de Santa María de Gracia, Guadalajara, y una maestría en en la Escuela Nacional de Artes Plásticas.
Cuenta con un amplio currículum en materia de exposiciones individuales y colectivas, así como obra pública, entre la que se encuentra La palma de Victoria, escultura urbana de seis metros, instalada en la delegación Gustavo A. Madero, y La serpiente, homenaje a Mathias Goeritz, en Villas de San Juan.
Entre sus premios y reconocimientos destaca el primer lugar en el Concurso Nacional de Escultura Urbana Sebastián.