Opinión
Ver día anteriorDomingo 17 de julio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Desde otras ciudades

¿Mala educación en Francia?

Foto
Estudiantes franceses presentan un examen final de filosofía en NantesFoto Reuters
P

ara septiembre de 2011 quedarán vacantes 978 puestos de la educación nacional francesa debido a la degradación de las condiciones ofrecidas al educador, según explicó la Federación Sindical Unitaria (FSU), mayor fuerza gremial del ramo (como un SNTE francés, pero a la izquierda) con 162 mil burócratas de donde 88 por ciento son profesores cuya línea ideológica es resistir al progresivo liberalismo en la educación.

Menos candidatos en los concursos para la obtención de plazas magisteriales y numerosas renuncias a sus lugares de trabajo, según el FSU: de maestros deprimidos o con deficiencia en pedagogía frente a las nuevas condiciones de la educación, actualizan un tema recurrente donde los empleados del sector privado y los empresarios de PYMES acusan a los educadores del sector público de privilegiados y abusivos por hacer huelgas y pretender mayores prestaciones o aumentos de salarios.

A raíz de la publicación del libro Las tribulaciones de un joven maestro (Ed. JCLattes, en francés) cuyo autor dimitió y de la renuncia de otra joven maestra de origen mexicano, entre otros, los blogs respectivos dan cuenta de numerosos testimonios que abundan en ejemplos de la degradación educativa y otros de autollamados maestros felices, que atribuyen falta de vocación a los primeros. Ello, no obstante, nadie niega las condiciones, inexistentes en el pasado, de inatención masiva, alta proporción de deserción y violencia en distintos grados entre el alumnado, desde el tercer año de primaria hasta el bachillerato. Como tampoco niegan que el sector administrativo de la educación se parapeta en normas autoritarias y abandona la educación en favor de metas estadísticas.

Así, se pueden leer comentarios como: Triste de ver hasta qué punto el gobierno francés no presta atención a sus futuros ciudadanos ni a quienes contribuyen a construirlos parcialmente y espera a que la escuela se disuelva para administrarla como una empresa o no podemos callar que se pretenda administrar niños como productos de fábrica. O bien: ¿qué decir de los egresados de educación superior que no saben escribir correctamente y tienen grandes lagunas de conocimientos básicos? Antes de pedir aumentos, ¡den resultados! O, en fin: no porque los asalariados del Estado luchen por sus derechos, los del sector privado deben combatirlos, así nadie avanzará.

Yuriria iturriaga