Opinión
Ver día anteriorDomingo 10 de julio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿La Fiesta en Paz?

María de los Ángeles, gran intérprete en busca de escenario

H

abida cuenta de que todo arte se nutre de las demás artes y de que si algo caracteriza al grueso de los toreros de esta época es la falta de sello propio, de rasgos identificatorios que les impidan parecerse al resto, bueno es que se enteren, acudan a verlos y escuchen con regularidad a cantantes verdaderamente distintos, a voces más expresivas que potentes y más talentosas que famosas. Sólo así podrán nutrir un espíritu que se pretende artístico; sólo así transmitirán hacia el tendido las resonancias de su alma.

Fue en casa de un gran artista de la vida que lo mismo cocina deliciosos platillos que toca varios instrumentos y dirige una próspera empresa de audio e iluminación para espectáculos, donde conocí el alma riquísima de María de los Ángeles por medio de un disco compacto verdaderamente mágico, tanto por la selección de piezas como por las resonancias misteriosas de su voz, así como del preciso y sabroso acompañamiento que logra con su guitarra.

Una sucesión de auténticas creaciones fluyó en cada interpretación de esta singular cantante, que imprime a sus boleros o sones cubanos insospechadas dimensiones. Sus maravillosas cuerdas vocales y de nylon me obligaron a solicitar hasta en tres ocasiones volver a escuchar aquel disco perturbador por su belleza y su profunda verdad. Conmovido mi anfitrión con mi embelesamiento, tomó el teléfono y marcó un número. Cuando contestaron, simplemente dijo: aquí está un nuevo admirador que te quiere felicitar, te lo paso.

Con la sencillez y naturalidad de sus creaciones musicales, una voz grave y cálida agradeció mis atropellados agradecimientos y dijo: Ahora vivo en Puebla, pero pienso regresar a la ciudad de México. Voy en busca de un lugar donde cantar, lo mismo si es en un piano bar o en un restorán o lo que sea, lo que importa es que haya gente que guste de la música con sentimiento, no sólo del ruido.

¿De dónde tu voz, tu estilo y tu guitarra? “Desde muy joven, responde María de los Ángeles, fui adulta, sensible y apasionada, no sé si en parte porque perdí a mi madre a los seis años de edad. Comprobé que el mundo no se me cierra, sola o acompañada, y que saber sentir las manifestaciones de la vida es condición para que un artista haga sentir a otros. El amor duele, pero también nutre y desarrolla el espíritu, al igual que las personas, las flores, los paisajes, todo aquello que verdaderamente ames.

“De niña aprendí a tocar la guitarra, ya que mis padres eran de la cuenca del Papaloapan y yo me bebí esa tradición musical tan rica y desafortunadamente tan poco difundida. Luego tuve que aprender y desarrollar no sólo la técnica, sino a cuadrar tiempos y emociones y a hacer los arreglos de cada una de mis interpretaciones. Mi forma de interpretar me hace recrear las piezas, siempre en torno del amor, incluso carnal. La técnica como soporte de la expresión y el sentimiento personales, no a la inversa.

“Cantar es como torear, abunda, porque en ambas actividades se trata de saber decir desde dentro, más que de saber hacer por fuera. Por eso es tan difícil lograr que una interpretación trascienda. La fama es otra cosa. Se puede cantar o torear para el público sin haber cantado o toreado para sí mismo. Ya se trate de bel canto, boleros o sones, el arte debe estar presente en dichos géneros a través de intérpretes que no se queden en la técnica sino que intenten alcanzar, con su arte, la divinidad.

Hasta ahora sólo he producido discos no comerciales, pero hace años hago fusiones musicales, mezclas de géneros distintos con un resultado nuevo y afortunado. Por eso mi repertorio es muy especial. Me tardo mucho en escoger y poner una canción porque, además de interpretar, hay que recrear. Siempre estoy creando, ensayando y cantando, pero interpretando a mi modo y con mi estilo. Así procuro honrar a la vida, al amor, a la música y al talento de los compositores, remata María de los Ángeles, a quien seguramente pronto disfrutaremos en esta ciudad.

Mañana lunes a las 12 y a las 17:30 horas, en el Teatro Julio Jiménez Rueda, en Plaza de la República 154, se presenta de nuevo la Academia de Danza Española de la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello. Asista y se sorprenderá. En un país secuestrado, el arte surge en algunos lados.