Domingo 3 de julio de 2011, p. a19
Río de Janeiro. Con una advertencia a cuestas y a la espera de que la Federación Internacional de Natación Amateur (FINA) no objete la sanción recibida, el brasileño César Cielo, de traje y corbata, agradeció públicamente los apoyos recibidos al salir indemne de un posible caso de dopaje, un episodio que le dejó tres enseñanzas: La primera, que quien no debe no teme; la segunda, que la verdad siempre aparece, porque ella está a nuestro lado, y la tercera, que lo que no te derriba te fortalece
. El monarca olímpico y del orbe en 50 y 100 libres respiró tranquilo luego de que la farmacia que produce hace dos años los complementos vitamínicos que consume se declaró culpable por la contaminación
de las cápsulas de cafeína que le fueron suministradas para dar positivo con el diurético furosemida junto con tres compañeros más en el campeonato nacional en mayo. Tras recibir el respaldo de la Confederación Brasileña de Deportes Acuáticos y tener el apoyo de Eduardo de Rose, integrante de la Agencia Mundial Antidopaje, en comparación a otros deportistas que son sancionados dos años por esta misma sustancia, la opinión del médico fue tajante, ya que el caso es una absolución a toda prueba
luego de escuchar la explicación de los involucrados, además de evaluar, entre otros aspectos, las competencias que el deportista esté por disputar para no ser perjudicado, pues Cielo es uno de los favoritos a subir al podio en los Campeonatos del mundo en Shangai, este mes. En París, el francés Alain Bernard, su archirrival, se dijo sorprendido por la mala noticia
y calificó de más bien clemente
la sanción de los sudamericanos y que aguardará el fallo de la FINA.