Tienen que tirar lo que se salvó porque está contaminado
Viernes 1º de julio de 2011, p. 33
Nezahualcóyotl, Méx., 30 de junio. Lizeth Mejía Aguilar no lo pensó dos veces: rescató su estufa de entre las aguas negras que la madrugada del lunes penetraron su casa, en la colonia El Sol, tras el desbordamiento del dren Xochiaca, y la puso a trabajar de nuevo.
La revisé y vi que no sirve el horno, pero los fogones sí prenden
, dice mientras prepara alimentos para su esposo y sus hijas, de ocho y tres años de edad.
Su humilde vivienda, ubicada en el 154 de la calle 40, habla de su situación económica, y adquirir una estufa nueva no será fácil. ¿Cuánto tiempo vamos a tardar para recuperar lo que perdimos y que tiramos a la basura?
, se pregunta.
Una semana antes había estrenado refrigerador, que compró a crédito, y el aparato quedó flotando entre las aguas contaminadas.
Su esposo es empleado y el salario es insuficiente. Imagínese, él sólo recibió 400 pesos por el reparto de utilidades
en mayo pasado, agrega.
Lizeth también quiso rescatar su ropero, pero personal del ayuntamiento que censó su vivienda no se lo permitió. Me dijeron que era mucha contaminación.
¿Qué hago?
, reitera, pues perdió la litera de sus hijas, su cama, la ropa, los zapatos, la mayoría de los trastes y aparatos electrodomésticos. Aunque sacaron las aguas, los olores fétidos penetraron los cuartos y enfermaron a sus niñas.
Esta ama de casa cree que hizo lo correcto en no tirar su estufa.
El gobierno del estado de México entregó una tarjeta electrónica por 10 mil pesos a cada familia damnificada, pero aquí son tres y tienen que compartir el recurso. Con los 3 mil 300 pesos que nos toca a cada familia, ¿qué vamos a comprar?; el refrigerador más barato cuesta 5 mil pesos
, dice. En el patio de su casa aún quedan algunos muebles que no ha podido tirar.
Eros Isaac Mejía es técnico en computación, pero no tiene trabajo y sobrevive en el empleo informal. Si bien es soltero, cree que tardará alrededor de un año en recuperar lo perdido.
Pensó en vender como fierro viejo lo que se echó a perder, pero la autoridad le dijo que no porque se cont
Los 10 mil pesos de la tarjera electrónica Soriana tendrá que compartirlos con sus hermanas, que también perdieron todo.
A tres días de la inundación no deja de llover en la colonia El Sol, una de las colonias más populares del municipio de Nezahualcóyotl. Aquí la renta de unos cuartos va de los 600 a los mil pesos mensuales. Por ello, en una casa de menos de 150 metros cuadrados habitan entre tres y cinco familias.
Las hermanas Elsa y Martha López Hernández no han sacado a la calle los muebles, los electrodomésticos y la ropa que se les echaron a perder. Todo permanece en el patio de la casa propiedad de su mamá, Angélica Hernández Zárate, en el 179 de la calle 38.
Las tres perdieron todo y se niegan a tirar sus pertenencias hasta que el gobierno les resuelva alguna indemnización. Incluso Martha lleva tres días sin acudir al taller de costura, en el Distrito Federal, donde se gana la vida.
No quiere alejarse de la colonia porque, de las cinco familias que habitan su casa, tres resultaron afectadas y el gobierno del estado de México sólo repartió una tarjeta Soriana por predio.
Este miércoles aún no terminaban la limpieza cuando se emitió una nueva alerta porque el dren Xochiaca empezó a desbordarse y por eso dejaron a un lado las labores de desinfección para poner en alto los muebles que salvaron el lunes.
Cada año, los habitantes de esta comunidad asentada en la franja del Bordo de Xochiaca sufren por los desbordamientos del canal dren Xochiaca. Pero en 20 años es la primera vez que afecta a más de mil viviendas y el agua penetra en ellas hasta un metro de altura.