Desde hoy, en el popular salón Los Ángeles, Felipe Urbán tocará con su Danzonera música de su inspiración para que un grupo de danzantes butoh conecten con los espíritus que el recinto ha reunido a lo largo de décadas, en un hecho cultural sin precedente y algo loco, según Jaime Razzo, el artífice del espectáculo.

En entrevista, Razzo, quien estudió actuación en el Núcleo de Estudios Teatrales, dirigido por Héctor Mendoza y Julio Castillo, explicó que se trata “de una composición de arte contemporáneo, pero en el formato del montaje escénico. Varios elementos son parte de la cultura popular; otros son de la cultura especializada, como el arte sonoro, y lo que hago es una fusión, una combinación de disciplinas diferentes.

Antes, mi Compañía 0.618 hizo cuatro montajes, pero con este concepto es el primero. Aunque me alimento de otras disciplinas para hacer mi trabajo, es decir, del arte escénico y en especial la danza, no es sólo bailar, sino dialogar con personas que hacen arte plástico, música, o iluminación... todo se involucra, pero en este caso es la primera vez.

Luego se preparó como bailarín de danza contemporánea en el Ballet Teatro del Espacio, dirigido por Michel Descombey y Gladiola Orozco. Con una beca otorgada por la Maijuku Butoh Company viajó a Japón para incorporarse al Laboratorio Corporal de Danza Butoh, con Min Tanaka en Hakushu. Después se trasladó a la ciudad de Tokio para participar en las sesiones permanentes de butoh, con Kazuo Ohno y Yoshito Ohno; ha complementado su preparación en esta disciplina con diferentes exponentes: Ko Murobushi, Hisako Horikawa, Yan Shu, Taketeru Kudo, Nike Minotau, Takuya Ishide y Akira Kasai.

Más allá del protagonismo

Hace 17 años vio un montaje de butoh y se dio cuenta de que eso era lo que quería hacer. “Me propuse investigar qué era y cómo llegar a quienes lo crearon. Es una forma contemporánea de hacer arte con el cuerpo y no danza por el cuerpo, en la se puede conectar con lo que es la despersonalización, en la que no hay protagonismo.

Con lo de la beca todo comenzó y estuvo con los mejores representantes del butoh. Estuve en un lugar que se llama Granja de la Temperatura del Cuerpo o de la Estacionalidad del Cuerpo. Bueno, ahí empecé a formarme. Hacer butoh no es difícil, al contrario, lo difícil es dejar de ser uno. Todos pueden hacer butoh y no se necesita una técnica o algo impuesto, sino quitarte todo lo que tú crees que eres como persona. Lo difícil es vaciar todo eso, porque pensamos que somos un cúmulo de cosas, y no, porque tan sólo somos un instante que se mueve. También depende de cada persona, porque hay quien se desprende más fácilmente de las cuestiones personales, como las cosas prácticas, las preferencias, las biologías.

Desde 2002 imparte talleres formativos de butoh en diversos espacios culturales de la República Mexicana. En 2004 formó la primera compañía estable de butoh en la ciudad de México: 0.618.

–¿El butoh hace a uno mejor persona?

–No. Te hace, simplemente, transparente.

El montaje se llama Butoh de Salón. En él participarán Felipe Urbán y su Danzonera, y el tenor Rodrigo Garcíarroyo.

La idea de Jaime Razzo es acercar al público asiduo al baile de salón para que conozca una nueva forma de baile/danza y revivir la cultura del danzón, del refresco y de las relaciones que surgen a partir del baile.

Busca conjuntar en escena tres elementos de expresión artística, las cuales darán forma a esta puesta en escena poco convencional: el arte sonoro, con la música en vivo de la Danzonera del maestro Felipe Urbán y la voz del tenor Rodrigo Garcíarroyo; el dancístico, por medio del butoh, y el pictórico, cuyo elemento gráfico, a cargo del artista visual Giorgio Finamore, será clave en el azar de este juego.

–¿Qué le dijeron los músicos de la danzonera?

–¡Estás loco!, pero me gusta, me dijo el maestro Urbán. Agregó: Con esas palabras nos podemos mantener en vida. Así de literal. Me comentó que ya había leído el guión y que hacer las cosas juntos lo iba a mantener con vida. Gran parte de la música para este montaje es de él. Cuando la gente vaya llegando al salón jugará cartas. Y entonces comenzará el azar. Además, habrá sensualidad, pues sin ésta no hay baile. De hecho, esta obra es un acto de seducción. La lujuria limita y hay que ser más finos para seducir desde lo espiritual. Ahí, en el salón, cuando hay tocadas de salsa es más evidente la libido adolescente, pero en el danzón puro hay resplandor de dignidad extracorpórea, de dignificación para desaparecer en colectivo. Hay ligues, pero más del espíritu.

El salón Los Ángeles abrió el 31 de julio de 1937.

Butoh de salón, desde hoy al 23 de julio, jueves, viernes y sábados, a las 19 horas, en el salón Los Ángeles, ubicado en Lerdo 206, colonia Guerrero, cerca de la estación del Metro Tlatelolco.

Costo: 150 pesos, general. Descuentos: Inapam, INCOAM, UNAM.