El pintor Moisés Zabludovsky Kuper denuncia la existencia de un proyecto que a su juicio alteraría el trabajo arquitectónico de Abraham Zabludovsky (su padre) en la Biblioteca de México José Vasconcelos y convertiría el edificio de Plaza de la Ciudadela 4, Centro Histórico en una biblioteca de bibliotecas y que ese sea el destino de acervos bibliográficos que están en proceso de adquirirse por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA)

De concretarse esa iniciativa, se modificaría la distribución de dicho espacio reconstruido y rehabilitado en 1988 por Abraham Zabludovsky Kraveski (1924-2003).

En mayo del año pasado, Zabludovsky Kuper presentó México: la Colonia de los Doctores en la Sala de Exposiciones 1, hoy día transformada en el Fondo José Luis Martínez.

Al artista le parece muy bien que el CNCA se acuerde de la biblioteca, pero no con un efecto dominó de que salió muy bonito esto y ahora vamos con la biblioteca.

Identidad de una intervención

En un texto enviado a La Jornada, Moisés Zabludovsky Kuper asevera: Es inminente que se destruirá la remodelación que mi padre hizo de la Biblioteca de México, hace 23 años.

Aclara que no está en contra de que le den otro uso, pero manteniendo la identidad de una intervención mayor. Por ejemplo, los patios que mi padre dejó para la lectura.

–¿Los herederos de un arquitecto están en su derecho de protestar por la alteración de un edificio que haya intervenido?

–No nada más son los hijos, si el CNCA avaló la publicación de las obras completas de mi padre, en dos tomos, es porque ellos también deberían estar preocupados de que se preserve esta identidad.

“A esta biblioteca hay que defenderla como Alberto Kalach defendió la otra (la Biblioteca Vasconcelos de Buenavista). Si tienes goteras, las arreglas como en tu casa; no te vas ni la destruyes. Si no está actualizada –entiendo que en la época en que la hizo mi padre había ficheros–, se puede adaptar la tecnología moderna preservando el espacio arquitectónico.”

Respecto de la ampliación del museo Tamayo, edificio de la autoría de su padre y Teodoro González de León, Zabludovsky Kuper dijo haberse enterado de todo por el periódico. El hecho de que en el acto de colocación de la primera piedra de la ampliación no haya visto ningún representante de nosotros, me hace dudar si se va a mantener la identidad del edificio que escogió Tamayo. Añadió que fue el pintor oaxaqueño quien eligió a su padre como arquitecto, haciéndole él extensiva la invitación a su entonces socio Teodoro González de León. En consecuencia, lo mínimo que se pide con esta ampliación es que se conserve la identidad de ese edificio.

Desmantelamiento en serio

Moisés Zabludovsky cree que existe un ambiente para deshonrar la figura de mi padre. Cuestionado al respecto, relató una anécdota revelada por González de León al participar en una serie de pláticas organizadas en Puebla, luego del fallecimiento de su progenitor: “González de León abrió su intervención explicando que de joven no le pudo devolver una invitación a comer a mi padre porque en su casa no admitían judíos.

Por un lado es muy generoso aceptar eso, pero también es como escribir la última línea de lo que fue mi padre y eso la escriben los usuarios de los edificios, los chavos que van a hacer su tarea a la biblioteca de la Ciudadela.

Frente a los acontecimientos, de tener cierta responsabilidad, lo asumo, acota Zabludovsky Kuper, porque el desmantelamiento es en serio. Dice haber tratado por la vía privada de hacer algo, pero no ha funcionado. Por eso “tengo, inclusive, que criticar el concepto base de querer todas las bibliotecas juntas como si fuera un Epcott bibliográfico, salir de la casa de José Luis Martínez, para entrar a la de Monsiváis”.