La voluntad de los gremios culturales de Francia y México por superar los conflictos políticos surgidos en torno al fallido Año de México en Francia ha permitido mantener ciertos proyectos, como las exposiciones Gabriel Figueroa: travesías de una mirada y México: fotografía y revolución.

Las dos muestras son auspiciadas por la Fundación Televisa para Los Encuentros Fotográficos de Arles, festival que comenzará el 4 de julio en esa ciudad francesa, indica Mauricio Mallé, director de Artes Visuales de esa instancia.

François Hébel, director del festival de Arles, siempre mantuvo una actitud muy clara, al decir que quería que la cultura estuviera por encima de las rencillas políticas, acota Mallé. De modo que nos pusimos a trabajar en forma intensa de ambas partes para lograr con éxito las muestras.

Desilusión y apoyo

Mauricio Mallé explica que inicialmente para el festival de Arles estaba propuesta México: fotografía y revolución y Gabriel Figueroa para París, pero en ella estaban muy involucrados ambos gobiernos; entonces, evidentemente, la exposición se vino abajo.

Aunque, “ante la desilusión que embargaba a mi equipo, me atreví a dirigirle una carta al director del festival, ya que la de Figueroa (1907-1997) es más de cine proyectado que una serie de documentos, fotografías, pinturas, etcétera, como mostramos en México (en 2009, en el Museo del Palacio de Bellas Artes), y le propuse que me diera una noche para presentar algunos de los nueve videos que hicimos. Su respuesta fue: ‘no te puedo prestar el teatro antiguo, pero sí un recinto para realizar la exposición’. Nos dio un espacio –una iglesia del siglo XV– con características muy similares a las que teníamos en París”.

María Teresa Orozco y Emilio Fernández en un still de Janitzio, 1934, filme rodado en esa isla de Michoacán, trabajo de Luis Márquez Romay (1899-1978) incluido en la muestra México: fotografía y revolución, auspiciada por la Fundación Televisa, exhibición que forma parte de Los Encuentros Fotográficos de Arles, Francia, que comenzarán el 4 de julio. La imagen pertenece a la Colección Luis Márquez Romay, Archivo fotográfico Manuel Toussaint, Instituto de Investigaciones Estéticas-Universidad Nacional Autónoma de México

Si la exposición de Gabriel Figueroa aquí dio por hecho el conocimiento que tiene el pueblo mexicano de una serie de tradiciones relacionadas con nuestro cine, ahora su curador, Alfonso Morales, quiso indagar sobre los elementos clásicos y muy cinematográficos en su obra que podrían ser de interés para el público francés, apunta Maillé.

Instalación videográfica

De acuerdo con el cocurador Héctor Orozco, el gran acierto de Morales fue proponer la exposición como una instalación videográfica, con nueve proyecciones temáticas en torno a los momentos fílmico-fotográficos de Figueroa, que ostentan su sello, como los cielos abiertos, volcanes, rostros y claroscuros.

Su recorrido mostrará la variedad de géneros que Figueroa frecuentó como cineasta: thrillers, comedias, tragicomedias, melodramas, epopeyas históricas, adaptaciones de novelas y telenovelas.

Miguel Ángel Berumen, curador de México: fotografía y revolución, habla del reto que constituyó organizar una exposición parecida al libro del mismo nombre publicado por la Fundación Televisa en 2009, pero con fotografías originales.

Como gran parte de las imágenes del volumen provienen de negativos, de los que no existe un positivo, esta situación los condujo a ubicar colecciones que podían estar disponibles para viajar a Francia y ver si a partir de las imágenes de éstas se podría hacer un discurso apegado al del libro.

Con el hallazgo de nuevas fotos, Berumen analizó qué historia podíamos contar a partir de este universo.

Fue una oportunidad para hacer un nuevo discurso e incluir otros capítulos, que nos ayudan a reflexionar sobre lo que significa la fotografía de la revolución. De las 142 imágenes, sólo 10 por ciento están en el libro.