Conato de violencia entre uniformados disidentes y antimotines, ante amago de desalojo
Martes 28 de junio de 2011, p. 40
Tepic, Nay., 27 de junio. Policías estatales que protestan desde hace 13 días en demanda del pago de quincenas atrasadas y otras prestaciones denunciaron que las patrullas que el pasado viernes les entregó el gobernador priísta Ney González Sánchez son unidades usadas que fueron repintadas y a las que lavaron los asientos para que se vieran como nuevas.
Agentes que pidieron el anonimato aseguraron que las armas que les dio el mandatario son las mismas que están en la bodega de la Procuraduría de Justicia del estado y otras fueron prestadas por la empresa a la que posiblemente se le comprará armamento tras concluir el proceso electoral.
Los uniformados se encuentran apostados en las puertas de palacio de gobierno e impiden el paso de cualquier ciudadano y funcionarios, mientras un grupo de reacción antimotines de la misma corporación se instaló a menos de cien metros en espera de órdenes para desalojar a sus compañeros.
De hecho, este lunes, estuvieron a punto de enfrentarse, cuando los segundos recibieron una orden superior
de retirar a los agentes que desde hace 13 días piden el pago de un mes y medio de quincenas atrasadas, aumento salarial, uniformes, chalecos antibalas, armas y cartuchos; además, un buen seguro de vida y prestaciones laborales.
Unos 50 antimotines se colocaron su casco protector, tomaron su tolete y escudo y se alistaron en filas de cuatro por cuatro a esperar la orden de avanzar y desalojar a los uniformados.
Los disidentes formaron un solo bloque y se tomaron de las manos para hacer una valla humana. Antes, se pusieron de acuerdo en que no responderían las agresiones; así fueran golpes, codazos o patadas todos se mantendrían unidos y quietos.
Ante un posible enfrentamiento, esposas e hijos de los manifestantes fueron retirados del bloque policial y puestos bajo las carpas ubicadas en la plaza Bicentenario.
El ambiente era tenso. Sin embargo, comenzó a llover y ello calmó los ánimos de ambos grupos de policías. Los antimotines buscaron el refugio de las marquesinas y los inconformes permanecieron quietos bajo el agua y, al ver que no serían agredidos, acudieron a cubrirse bajo carpas y en el propio palacio.
Por la mañana, los policías estatales bloquearon el cruce de las avenidas México e Insurgentes, provocando una severa congestión vial; minutos después regresaron al palacio de gobierno.