Nyiramasuhuko, culpable junto con su hijo Arsène, sentencia el TPIR
Sábado 25 de junio de 2011, p. 22
Arusha, 24 de junio. El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) condenó este viernes a cadena perpetua a la ex ministra Pauline Nyiramasuhuko, la primera mujer reconocida culpable de genocidio por esa jurisdicción internacional, y a su hijo Arsène Shalom Ntahobali por el mismo crimen.
La ex secretaria de Estado y su hijo fueron los dos principales juzgados de un grupo de seis personas acusadas de crímenes de genocidio y contra la humanidad por el supuesto papel que desempeñaron en el genocidio de tutsis en Butare, en el sur de Ruanda.
Nyiramasuhuko, de 65 años, fue la primera mujer juzgada por estos cargos en el TPIR, aunque otras fueron condenadas por su papel en el genocidio de 1994 ante jurisdicciones de Ruanda.
La misión del tribunal consiste en juzgar a los principales instigadores del genocidio de tutsis desencadenado por el régimen extremista hutu, que estaba en el poder en esa época, y según Naciones Unidas causó unos 800 mil muertos.
Nyiramasuhuko fue encontrada culpable de siete de los 11 cargos en su contra, sobre todo de los de genocidio, conspiración para cometer un genocidio, exterminio considerado como un crimen contra la humanidad y violación considerado como un crimen contra la humanidad, precisó en la audiencia el juez William Hussein Sekule, presidente de una de las cámaras de primera instancia del TPIR.
Sin la participación de Pauline Nyiramasuhuko y de los otros acusados, el genocidio no hubiera sido posible en Butare
, declaró la procuradora, Holo Makwaia, en su alegato, el 20 de abril de 2009.
En abril de 1992, Nyiramasuhuko fue nombrada ministra de la Familia y de la Promoción Femenina en el primer gobierno multipartito, convirtiéndose en una de las cuatro primeras mujeres que obtuvieron una cartera ministerial.
Su mandato fue prorrogado en 1993, y nuevamente en 1994, durante el genocidio.
Después de la victoria militar de la rebelión del Frente Patriótico Ruandés (actualmente en el poder) se refugió en el este de Zaire, actual República Democrática del Congo, y fue acusada por su presunto papel en el genocidio.
En julio de 1997 fue arrestada en Kenia y trasladada al TPIR.