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Presentaron en El Colegio de México el libro del guitarrista e investigador

La música permite transgredir el orden establecido, afirma Raúl Zambrano

El creador sonoro es un intérprete de la realidad que genera belleza y comunicación, asevera

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Ricardo Miranda, Raúl Zambrano y Lourdes Turrent, en El Colegio de México, durante la presentación del libro La música en OccidenteFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de junio de 2011, p. 5

En su libro La música en Occidente –presentado el jueves en el aula Alfonso Reyes de El Colegio de México (Colmex)– el guitarrista e investigador Raúl Zambrano coloca el tema de la interpretación en el centro de la discusión.

Al respecto, aseveró que el creador musical es un intérprete de la realidad que genera belleza y comunicación.

Para el músico fundador del Cuarteto Manuel M. Ponce, sólo como intérpretes se tiene el derecho de recrear una obra y hacerla vigente, de volverla contemporánea al repetir, nota por nota y compás por compás, lo escrito. Cada época tiene que resolver sus inquietudes estéticas: nada se escribe ni se ejecuta ni se escucha como en el pasado.

En el volumen que forma parte de la colección Historia Mínima, de El Colegio de México (Colmex), Zambrano advierte que en el arte sonoro no existen los originales, sólo las copias. La experiencia musical está preñada de posibilidades porque su existencia se repite cada vez en una nueva copia.

Consideró que la facilidad con la que hoy se accede a una obra, con la que se acumula repertorio, ha banalizado la relación con el fenómeno musical y ha disminuido la capacidad de atención.

“La grabación –mezcla artificial de artistas, productores, ingenieros y editores que inciden en diferente tiempos en la construcción de una versión– no puede remplazar la belleza de su temporalidad”, afirmó.

El investigador aseguró que la historia de la música es la interpretación del arte sonoro y cada generación debe crear su propia historia musical, recuperar los instrumentos y autores.

En el fondo, el único apetito que deseo despertar con este libro es escuchar la música, por eso la discografía al final del texto. El otro apetito que deseo provocar, es que la gente se vuelva al mismo tiempo intérprete, para que en la mente organice su propia historia de la música.

Temática inabarcable

Zambrano planteó la idea de que la música podría ser en cierta manera la historia de las transgresiones, porque en su espacio es posible transgredir el orden establecido. Es transgresor que un guitarrista escriba, pero más transgresor que el guitarrista que escribe lo publica el Colmex y quizá este hecho es la propia transgresión de la institución, comentó Zambrano.

En el acto participaron el presidente del Colmex, Javier Garciadiego, Ricardo Miranda, Andrés Lira y Lourdes Turrent.

Garciadiego manifestó que con la serie Historia Mínima, en el fondo, el Colmex quería atreverse y transgredir, ya que la institución tiene fama de publicar libros monográficos muy rigurosos.

Hicimos la colección sin notas de pie de página y con autores no necesariamente de esta comunidad, porque buscamos nuevos temas, nuevos lectores; hay que buscar nuevas formas.

El musicólogo y pianista Ricardo Miranda elogió la investigación de Zambrano sobre la historia de la música occidental, ya que es un tema inabarcable y deploró que el arte sonoro se ha convertido en tierra de aficionados porque algunos comunicadores de radio y televisión en su programación incluyen la que a ellos les parece buena, convirtiéndose en portadores del mal gusto musical.

Lourdes Turrent, en su momento, expresó que la línea historiográfica del trabajo de Zambrano se sitúa en la música instrumental, a pesar de que aborda las sinfonías de Mahler. Señaló que la mayoría de las historias de esa disciplina, necesariamente tiene que partir de los trabajos escritos en Viena, como punto central y estas investigaciones realizadas sobre el siglo XIX marcan una lectura en el tiempo.