Cuatro mexicanos más reciben la misma distinción de manos del embajador de ese país
El narrador ha paseado nuestra lengua común en la imaginación de miles de lectores
Miércoles 22 de junio de 2011, p. 6
La embajada de España en México entregó anoche al escritor Sergio Pitol (1933) la condecoración de Isabel la Católica, en grado de encomienda, por su trascendencia y aportes en el ámbito cultural e intelectual.
En el acto, efectuado en la sede diplomática, en las Lomas de Chapultepec, el embajador Manuel Alabart Fernández-Cavada condecoró a cuatro mexicanos más: José María Muriá Rouret, Jesús Alejandro Cravioto Lebrija, María Elisa García Barragán y José Ignacio Madrazo.
El primero es investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); el segundo es titular de la Secretaría de Cultura de Jalisco; la tercera es investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y el último es diplomático.
Tremenda humanidad
Ante el escritor Juan Villoro y el reconocido historiador Miguel León-Portilla, entre otros invitados especiales, en nombre del rey Juan Carlos de España, Fernández-Cavada se refirió a los galardonados como personajes que no sólo se han destacado en sus actividades, sino que también han trabajado con eficacia y dedicación para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre España y México, para el progreso de ambas naciones.
Son personas que han dedicado a esta labor no uno sino varios años de vida; vidas que han atravesado varias vicisitudes
, expresó el diplomático al tiempo que manifestó sentirse feliz de honrar a cinco personas que han demostrado un gran amor a España desde su profundo amor a México.
Fernández-Cavada calificó al grupo de intelectuales mexicanos de tremenda humanidad
y “como diría don Antonio Machado: son los cinco, en el mejor sentido de la palabra, ‘buenos’, personas que han dedicado su vida a reforzar los lazos culturales que nos unen a los hispanos.
Su majestad el rey y el gobierno español reconocen cinco trayectorias destacadas, como lo atestiguan sus brillantes hojas académicas
, que lo mismo honran a España y a México.
Todos son ejemplos para sus parientes, sus amigos y nuestras respectivas sociedades civiles
, aseveró, y enseguida leyó la semblanza de cada uno de los homenajeados y por qué recibieron dicha distinción.
De Sergio Pitol, Fernández-Cavada lo encomió como un fantástico escritor que ha paseado nuestra lengua común en la imaginación de miles de lectores del mundo hispánico y anglosajón
; además, ha obtenido varios galardones, entre ellos el Premio Cervantes de Literatura 2005.
De María Elisa García Barragán dijo que ha hecho una gran distinción entre cambio de ideas y fomento del estudio de la cultura española.
De Jesús Alejandro Cravioto Lebrija indicó que sus actividades para estudiar las consecuencias del descubrimiento de América se han centrado en la organización de cinco congresos iberoamericanos, así como encuentros de teatro, novela y poesía que han consolidado la cultura hispánica en ambos países.
Sobre José Ignacio Madrazo, el diplomático afirmó que su actividad ha sido esencial para transformar lo que es hoy una relación estratégica entre ambas naciones, asentada no sólo en una comisión binacional anual sino en multitud de encuentros de todo tipo y niveles.
Por lo que hace a José María Muriá Rouret, lo calificó como el alma de la historia de Jalisco y el máximo promotor y exponente de la llamada historia regional
.
Tras la ceremonia, cada uno de los intelectuales mexicanos expresó su beneplácito y agradeció por dicha distinción.
La orden de Isabel la Católica reconoce aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas o extranjeras.
Esos actos deben redundar en beneficio de la nación o contribuiran, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de España con el resto de la comunidad internacional.