Guadalajara, 18 de junio. En la primera Feria Internacional de la Música (FIM) 2011 se realizó la conferencia magistral La gestión cultural contemporánea, cuyo hilo conductor fue cómo los cambios tecnológicos han obligado a los creadores a rediseñar estrategias de comunicación, con la finalidad de llegar a más personas de forma más rápida.

María Cristina García, directora del Auditorio Nacional, aseguró que la tecnología ha tenido un papel preponderante en la gestión cultural: Los avances tecnológicos han forzado cambios que nos han llevado a innovar las formas de la comunicación, el financiamiento, la operación y la concepción global, pues un espectáculo artístico debe pensarse en dimensiones globales.

Señaló que la Internet y las redes sociales exigen creatividad a los gestores culturales, tanto en el aprovechamiento de esta tecnología, como en el diseño de estrategias de comunicación para una audiencia cada vez más segmentada.

Compromiso moral

Por su parte, Raúl Padilla López, presidente del consejo administrativo de la feria, resaltó el valor de las industrias culturales para la sociedad y la economía de los países en desarrollo: Los gestores tenemos el compromiso moral de abrazar soluciones para hacer de la cultura una variable a considerar en la estrategia de desarrollo del país. Aquélla es importante en sí misma porque hace sociedades más tolerantes y creativas y es un instrumento de desarrollo que promueve valores que nos hace mejores seres humanos. A mayor desarrollo cultural, mayor desarrollo humano.

Además, Padilla López dijo que la cultura es la piedra angular que sostiene a una nación; es indispensable para dotar de identidad y cohesión social, por lo que podría convertirse en uno de los principales vectores del crecimiento de México: Si contáramos con una política de Estado que le apostara al desarrollo y fortalecimiento de la industria cultural, el país podría tener un instrumento clave para dar viabilidad a su futuro.

Por su parte, el ex ministro de Cultura de Colombia y ex director del Festival Cervantino, de Guanajuato, Ramiro Osorio, dijo que la cultura es una tarea y responsabilidad tanto de los ciudadanos como del Estado y el sector privado: En países como los nuestros, en situaciones como la que vemos en México y Colombia, la cultura es el escenario natural para la construcción de sociedades democráticas, participativas e incluyentes.

Latinoamérica hoy

El viernes pasado, dentro de las actividades de la feria se llevó a cabo la conferencia Latinoamérica hoy: modelos de desarrollo cultural, con la participación de Lucina Jiménez, directora del Consorcio Internacional Arte Escuela AC, quien dictó la ponencia La rumba sin rumbo o modelos de sub/desarrollo cultural, donde apuntó que no se debe esperar a que las expresiones artísticas mueran para guardarlas en los museos, y convencer a los ciudadanos de que sin cultura es imposible cumplir Los Objetivos del Milenio, a la vez que la diversidad en este rubro puede ser la base del bienestar y la convivencia.

Jiménez señaló que se deben tender puentes en la industria cultural para que abarquen y den visibilidad a todas la propuestas por más modestas que sean, por lo que tendrían que ampliarse los modelos de gestión, haciéndola más contemporánea y alejándola un tanto del Estado, al mismo tiempo de recordar que a veces los recursos culturales no son renovables.

Jiménez hizo notar que a partir de esas reflexiones Guadalajara es ya una ciudad donde se crea un centro de gravedad para los libros, el arte popular, el tequila y la música.

En la conferencia también participaron el colombiano Octavio Arbeláez, académico y gestor cultural, y el brasileño Danilo Santos, director regional del Departamento del Servicio Social de Comercio, de Sao Paulo.

Después de hablar de la labor de la preservación cultural que realiza la institución que dirige desde hace más de 20 años, Santos recalcó la importancia de la feria como espacio para reflexionar sobre el significado de la cultura como herramienta de educación y desarrollo.

Advirtió que se la debe considerar como lo que permite que las diferencias de las personas sean aceptadas, además de que es el centro de la transformación de lo humano; ya que la música es una de las partes esenciales de esto, la feria despierta la intención de profundizar en que debe haber un proceso de democratización, donde tengan cabida todas la manifestaciones musicales, a la vez que haga pensar que sin cultura no hay desarrollo.

En su intervención, Octavio Arbeláez destacó que la pretensión del panel era integrar a América Latina en su discurso cultural, y a partir de ello cuestionar si se está al nivel del proceso de ese discurso actual, ya que la integración social y el desarrollo cultural y humano son indisolubles.

Asimismo, Arbeláez destacó que se debe ver a los ciudadanos como agentes de ese proceso, ya que las actuales crisis muestran que las sorpresas y los cambios no provendrán de la política, sino de los movimientos sociales y culturales, lo que potencia a la cultura en su capacidad de reinventar, por lo que la realización de este tipo de ferias –particularmente la de Guadalajara– se insertan en los procesos de innovación.