Hubo diferencias en las formas de acción y el fondo ideológico con Armando Hart
Viernes 17 de junio de 2011, p. 30
La Habana, 16 de junio. En los albores de la revolución cubana, las disputas entre Ernesto Che Guevara y algunos combatientes sobre las formas de acción también tuvieron un telón de fondo ideológico, que incluyó la apreciación de la Unión Soviética y el Stalin entonces recién denunciado, pero no llegaron a romper la unidad del movimiento, escribió un veterano de aquellos días.
Además de grosero has sido injusto
, le escribió Armando Hart al Che, el 25 de diciembre de 1957. Que tú creas que nosotros somos derechistas o salgamos de la pequeña burguesía criolla o más propiamente la representemos, es cosa lógica que no me extraña en lo más mínimo, ni mucho menos puede dolerme, pues está a tono con tu interpretación del proceso histórico de la revolución rusa
.
La carta, muy poco conocida, aparece en el prólogo que escribió Hart para el Diario de un combatiente, los apuntes del guerrillero entre 1956 y 1958, preparados por el Centro de Estudios Che Guevara para su edición en el sello australiano Ocean Sur.
Esos papeles fueron la base de Pasajes de la guerra revolucionaria, que Guevara publicó en 1963. Una novedad en esta edición –que circulará en febrero próximo–, es el facsímil del pacto que el Che firmó el 12 de diciembre de 1958 con Eloy Gutiérrez Menoyo, líder de una guerrilla en el centro del país, quien más tarde volteó las armas contra Fidel Castro, estuvo preso 30 años, se exilió y ahora vive en La Habana.
Gutiérrez Menoyo confirmó a La Jornada que es la primera vez que se publica ese documento –que no tenía registro historiográfico–, y que también son inéditas tres fotos del libro, en las que él aparece con Guevara.
No hay apuntes del Che entre agosto de 1957 y abril de 1958, ni en los últimos diez días de noviembre de 1958. Notas de pie de página dicen que no hay una explicación sólida para esa ausencia. Una edición de 2005 de Pasajes... sostiene que el guerrillero dejó de escribir en febrero de 1958.
El 16 de febrero de 1957, el argentino, entonces prosoviético, registró la visita a la Sierra Maestra de los militantes del Movimiento 26 de Julio Frank País, Vilma Espín, Haydeé Santamaría y Hart. Por conversaciones aisladas me enteré de la evidente filiación anticomunista de la mayoría de ellos, sobre todo Hart
, escribió Guevara.
Hart recordó en el prólogo que el debate se relacionaba con las ideas socialistas que en él ya habían cristalizado y que en muchos de nosotros, los del Llano (el movimiento urbano), estaban en proceso de formación, no exentas de contradicciones y dudas
.
Ex ministro de Educación y Cultura y ex dirigente del Partido Comunista, Hart añadió que algunos revolucionarios de la época albergaban prejuicios
sobre el socialismo, influidos por la denuncia de los crímenes de Stalin y la represión del alzamiento popular en Hungría, en 1956.
Stalin no era francés, o inglés o alemán y por tanto no rebasó los límites de un gobernante ruso
, escribió Hart en la carta al Che de 1957. Si hubiera nacido en París acaso hubiera visto el mundo por un prisma más amplio
.
En sus apuntes, Guevara fue ácido y sectario con el Llano. Al Directorio Estudiantil Revolucionario, que atacó el Palacio Presidencial, le llamó terrorista
. Del fracaso de la huelga del 9 de abril de 1957 culpó a su preparación putchista
. Una discusión con enviados del Llano terminó mal el 17 de noviembre de 1958: “Nos acusamos mutuamente, ellos de comunista y yo de imperialistas (…) quedamos más separados que antes”.
Cuando el antiguo jefe del Llano murió combatiendo el 30 de julio de 1958, Guevara escribió: Profundas divergencias ideológicas me separaban de René Ramos (Latour) y éramos enemigos políticos, pero supo morir cumpliendo con su deber, en la primera línea y quien muere así es porque siente un impulso interior que yo le negara y que en esta hora rectifico
.
Hart aludió en su carta a mensajes entre el Che y Ramos Latour que no se conocen de fuentes cubanas, aunque las ha citado el entonces revolucionario y luego anticastrista exiliado Carlos Franqui, recién desaparecido.
La revolución cubana superó esos diferendos y nunca se dañó su unidad indestructible
, escribió Hart en el prólogo. Agregó que entre los protagonistas de aquellos debates “abrazamos las ideas socialistas y queremos al Che como una de las más grandes glorias de la humanidad en el siglo XX”.