as cuantiosas reservas de energéticos de Venezuela fueron convertidas en una poderosa arma revolucionaria por Hugo Chávez. Con ellas al servicio de la nación no sólo se ha elevado considerablemente la calidad de vida de los venezolanos, sino que ha impulsado y dado cauce institucional a la solidaridad con otros pueblos. Los hidrocarburos dejaron de ser objeto de saqueo de las trasnacionales estadunidenses y de una exigua elite oligárquica, como había sido antes y durante los gobiernos de los partidos del Pacto de Punto Fijo. Con Chávez en la presidencia y, en particular, después de la derrota del boicot petrolero de 2002-2003, pasaron a convertirse en pivote del desarrollo económico, social y cultural a escala nacional y del rescate de las entonces exangües iniciativas de integración latinoamericana y caribeña.
Petrocaribe (2005) y la Alba (2004) son ejemplos de ello. Sentaron una impronta y relanzaron un proceso integracionista que contó también con los inapreciables esfuerzos de Lula da Silva, Néstor y Cristina Kirchner, Fidel y Raúl Castro, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Michel Bachelet y Leonel Fernández, por sólo mencionar a los más relevantes. Fructificó primero en la creación de la Unasur y desembocará en la histórica fundación, en Caracas, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños los próximos 5 y 6 de julio.
Petrocaribe, constituida un 29 de junio hace seis años por iniciativa de Chávez, es una prueba rotunda de que el petróleo no tiene por qué verse intrínsecamente como el excremento del diablo
, generador de codicia, violencia y guerras sin fin. Fue una acción solidaria muy oportuna para impedir la ruina de los países de la cuenca caribeña no productores de petróleo. Éstos ya no podían pagar la factura del crudo debido a los gravámenes impuestos por los intermediarios y a la abrupta escalada de los precios en 2005 como consecuencia de la especulación. Es una pesadilla tratar de imaginarse lo que habría sido de sus economías sin la existencia de Petrocaribe cuando el precio del barril de crudo trepó por encima de los 130 dólares o ahora mismo que ronda los 100.
Petrocaribe ofreció mucho mejores condiciones que los pactos de Caracas y San José. Estableció una escala de financiamiento de 40 por ciento de la factura petrolera, tomando como referencia el precio internacional del crudo. Comparado con esos acuerdos extiende el periodo de gracia para el financiamiento de uno a dos años y prevé una extensión del periodo de pago de 17 a 25 años, reduciendo el interés del 2 al uno por ciento si el precio supera los 40 dólares por barril. El pago a corto plazo de 60 por ciento se extiende de 30 a 90 días. Venezuela acepta, además, que una parte se realice con bienes y servicios, por los que puede ofrecer, en algunos casos, precios especiales.
Pero el mecanismo implica también la definición de una política energética común, la creación de un fondo para obras sociales en cada país con el ahorro facilitado por la compra de petróleo venezolano, así como la constitución de empresas energéticas binacionales para edificar instalaciones portuarias y de almacenamiento que no existían, construir y operar refinerías, plantas generadoras de electricidad y líneas de transmisión y distribución, así como impulsar el uso del gas y energías alternativas. No es gratuito que Washington presionara durante años al presidente René Préval para impedir que la iniciativa operara en Haití, según cables revelados por Wikileaks.
Integran Petrocaribe, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela.
En mayo de 2009, el suministro de hidrocarburos por Venezuela a los demás miembros acumulaba 90.5 millones de barriles. La porción financiada de la factura petrolera (3 mil millones de dólares) representaba un ahorro de mil 400 millones de dólares. Petrocaribe ha financiado la planta de llenado de GLP en San Vicente y las Granadinas, la de almacenamiento y distribución de combustible en Dominica, así como la reactivación en Cuba de la refinería Camilo Cienfuegos. Proyectos de generación eléctrica se desarrollan en Nicaragua, Haití, Antigua y Barbuda, Dominica y San Cristóbal y Nieves. En la actualidad Venezuela entrega 200 mil barriles de crudo diariamente a los integrantes del mecanismo.