Turba enardecida enfrenta a policías, quienes tras varios intentos lograron rescatarlos
Tras la refriega quedaron 17 personas lesionadas, entre ellos 11 uniformados
Con gas lacrimógeno disuadieron a pobladores de Acopilco
Bloquean la carretera México-Toluca
Martes 14 de junio de 2011, p. 36
Poco antes del mediodía las campanas repicaron. Cerca de cien vecinos del pueblo de San Lorenzo Acopilco, en Cuajimalpa, jaloneaban a tres hombres y una mujer. Unos decían que estaban robando una casa y otros que asaltaban a los vecinos que transitaban por la zona; algunos más, que habían robado una tienda de licores. Los sospechosos dijeron que eran trabajadores: uno albañil, otro ayudante y que eran de fuera
, por eso nadie los conocía en el pueblo.
Pasadas las 14 horas había ya 17 personas heridas, entre ellas 11 policías capitalinos, uno de gravedad, los cuatro sospechosos, personal de la Procuraduría capitalina y de la delegación.
Los hechos ocurrieron cuando vecinos de San Lorenzo Acopilco señalaron a Hugo Manuel Vera, de 25 años de edad; Ángel Ibarra Alamilla, de 24; Virginia Luna Cervantes, de 19, e Iván Manuel Sotelo Haro, de 48, como delincuentes, por lo que los increparon y golpearon.
Una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal llegó a las calles Leandro Valle y Mina, donde la turba, que ya empezaba a crecer, golpeaba a los sospechosos.
Los uniformados subieron a los presuntos delincuentes, que ya estaban heridos, a la patrulla P44-10. La idea de que la policía se llevara a las cuatro personas así como así
para que luego los soltaran
enfureció a los pobladores. Las campanas repicaron de nuevo.
Mas de 300 personas arremetieron contra la patrulla. Trataban de voltearla, de sacar a los sospechosos, de herirlos con grandes piedras que lanzaban contra los cristales.
Aunque llegaban cada vez más uniformados, que rodeaban la unidad policiaca en lo que trataban de negociar la salida del lugar, los elementos de la SSP-DF estaban en desventaja numérica, encerrados, sin poder avanzar y sujetos a los proyectiles hechos de palos y piedras que caían sobre ellos.
Entre los gritos y las acusaciones, los vecinos exigían mayor seguridad y patrullas, pero también presencia en las escuelas y mayor suministro de agua.
Poco después de las 13 horas los pobladores lograron sacar de la patrulla a los presuntos delincuentes para volverlos a golpear. Los uniformados la tuvieron difícil. Después de jalones, insultos y golpes, lograron resguardados nuevamente en la patrulla.
Cerca de 500 granaderos y elementos de la procuraduría capitalina llenaron por completo una de las calles hasta donde llegaba la muchedumbre.
Sin ningún interlocutor que representara a la mayoría de los pobladores y lograra calmar los ánimos, el aire se empezó a llenar de gas lacrimógeno. Sólo entonces buena parte de los vecinos empezó a dispersarse.
Demandas fuera de tema
El procurador de Justicia capitalino, Miguel Ángel Mancera, dijo que los reclamos de vecinos estaban mezclados con protestas de tinte político, ya que se estaban saliendo del tema de los detenidos y estaban hablando de un tema de agua, de un tema de tierras, de presencia de diversos funcionarios del gobierno, que no propiamente tenían que ver en el caso
.
Después de las 15 horas los vecinos realizaron bloqueos en la carretera federal México-Toluca en busca de ser atendidos por las autoridades.