Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de junio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Una explicación necesaria
U

no de los personajes más controvertidos en el gabinete de Barack Obama fue, hasta hace algunas semanas, Larry Summers, quien como director del Consejo Económico era el responsable de asesorar al presidente en materia de política económica. Entrevistado por el New York Times, dio sus puntos de vista en torno a los factores que ocasionaron la actual crisis económica. Para quienes lo conocen, sus respuestas no causaron sorpresa; lo sorprendente es por qué se le asignó esa responsabilidad.

En el artículo titulado The Larry Summers, hall of shame, publicado en la revista Salon, se da cuenta de algunos antecedentes de Sumers. En las postrimerías de 1990, como miembro del grupo que el entonces presidente William Clinton designó para estudiar la regulación del mercado financiero, fue uno de los principales opositores para reglamentar el mercado de derivados que, a la postre, resultó el principal causante de la crisis financiera. En 1999 influyó en el Congreso para que se rechazaran algunas de las previsiones para evitar la especulación financiera. La crisis financiera que estalló en 2007 es prueba de que se volvió a equivocar.

Según él, hace 10 años era difícil prever la quiebra de Bear Stearns, Lehman Brothers y Fannie and Freddie Mae, principales responsables de la crisis que arrastró a toda la industria financiera. No reconoce que destacados especialistas advirtieron los desastrosos efectos que esas instituciones podían ocasionar al resto de la economía por su forma de operar. Cuando se le pregunta por qué ignoró las sugerencias de reconocidos economistas, como Stiglitz, Krugman y Roubini, cuando recientemente se discutió la forma de evitar una nueva crisis en el sistema financiero, responde que su trabajo era ofrecer al presidente una amplia gama de opciones en materia de política económica. Si alguien siente que debía privilegiar su opinión, entonces yo no era la persona indicada para presidir ese consejo.

El salvamento de algunas de las más grandes instituciones financieras a costa de los impuestos de los estadunidenses ha sido el más gravoso en la historia del país. Paul Volcker, ex director de la Reserva Federal y asesor especial del presidente, dijo que se debía legislar para evitar que el crecimiento desproporcionado de alguna institución financiera pusiera nuevamente en peligro la economía en el caso de quebrar. No se descarta que una de las razones para la salida de Summers de la Casa Blanca fue su disenso con Volcker al respecto.

Mas allá de la necesidad de que Obama contara con alguien conectado con el sui generis modus operandi de Wall Street, algún día explicará por qué nombró a Summers como su principal asesor económico, tomando en consideración que su pensamiento neoliberal es tan opuesto al de él.

Muchos de los 69 millones de estadunidenses que votaron por Obama que, como resultado de las ideas de gente como Summers, se quedaron sin un techo en donde dormir y sin empleo para alimentar a su familia, esperan esa explicación.