Tomás Urtusástegui aborda a la pintora en siete monólogos; hoy se estrenan en el Helénico
El amor y el dolor fueron sus fortalezas, la marcaron, señala el dramaturgo
Relacionarse sexualmente con muchas personas la hacía sentir una mujer normal, comenta en entrevista
Lunes 13 de junio de 2011, p. a13
Por medio de siete monólogos, la actriz Marta Aura da vida a una Frida Kahlo poco conocida, con muchos ovarios (así se describe Frida a sí misma en esta pieza)
, en la obra de teatro ¡Soy Frida, soy libre!, con dramaturgia de Tomás Urtusástegui y dirección de María Muro, que será estrenada hoy en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.
El pasado jueves, en el espacio teatral donde se presentará en corta temporada, se ofreció una función especial, en la que la protagonista se adueña del escenario en el cual se introduce íntegramente en el personaje que luchó contra la reducción existencial de ser sólo la mujer de Diego Rivera.
En entrevista con La Jornada, Tomás Urtusástegui expresó que el texto fue resultado de varios meses de trabajo: “Mi hijo me pidió que lo escribiera y me puse a investigar, además de que conocía mucho de Frida, toda la vida... Vi su obra en exposiciones e incluso me tocó verla en vivo en alguna reunión política y social, también de arte, pero ahora investigué sus pensamientos, sus ideologías, sus sufrimientos.
Después empecé a verla desde un punto de vista casi médico, siquiátrico, para ver cómo reaccionaba una mujer ante un cúmulo de dolores. Las fuentes de ella son el amor y el dolor, que también son sus fortalezas. La política fue importantísima, pero el amor y el dolor fueron los que la marcaron.
–¿El dolor justifica su postura sexual? En la obra se alude a sus relaciones sexuales con hombres y mujeres.
–Ella tenía una necesidad enorme de recibir cariño y de entregarse, por su incapacidad física –padeció polio, accidentes y mucho dolor por su columna vertebral y pierna desecha, entre otros–; a ella le pasaba lo mismo que a otros que padecen una incapacidad, de que siente algún rechazo, y para ella tener esta parte sexual y poder relacionarse sexualmente con muchas personas la convertían en una mujer normal. Durante el acto sexual era una mujer como cualquier otra. Esa parte sexual era muy importante para ella, para sentirse viva, para sentirse mujer.
En la narración, Frida expresa que algún beneficio debía de sacar por el hecho de estar tanto tiempo en la cama. Y cita sus relaciones sexuales con León Trotsky y con María Félix.
–¿Cuál es la importancia de desmitificar a la Frida dependiente de la fama de Diego Rivera?
–En mi época, la verdad, ella era la querida de Diego, era la mujer de Diego. El valorado era Diego, quien para mí sigue siendo un pintor maravilloso. Ahora al que están discriminando un poco es a Diego, en favor de Frida, al contario de antes, cuando todo era Diego. Frida era, digamos, la acompañante. Incluso, en esa época los cuadros de Frida se vendían baratísimos y nadie los compraba. Todo era Diego porque tenía una gran personalidad y se comprometía políticamente. Era un hombre con gran sentido del humor, a veces un humor muy negro. La opacaba y quedaba esa imagen de ser sólo la mujer de Diego.
Urtusástegui dijo que sólo cita los nombres de Trotsky y María Félix “porque son demasiado fuertes. Se puede hacer una lista que no tiene el menor caso. Si logró tener relaciones con esos dos personajes pudo haber logrado lo que quiso. Tuvo una personalidad terrible. No la traté, pero en esa época ni imaginaba que iba a escribir teatro, pero sí me tocó verla. A Diego sí le hablé, alguna vez.
Es importante el contexto, su época. La guerra y los cambios mundiales. Fue una época de grandes contrastes económicos y cambio de regímenes económicos de muchos países y la parte material fue cobrando fuerza.
En el arte, lo que no está en los libros
Lo que no está en los libros está en el arte, en el teatro. Es la historia sin memoria. Siento que el teatro es un gran componente histórico, en todos los países. Solemos conocer más cómo era el mundo por una obra de teatro que por un libro de historia. La historia es algo más que datos, que soldados, que dos mil rifles; nos interesa saber qué pensaban, qué sentían y a qué se comprometían esos hombres.
Consideró que con esta obra ya cierra su investigación y acercamiento teatral con Frida Kahlo. Si hiciera otra cosa sería redundar. Estoy muy satisfecho con esta puesta en escena, que ya la vi. Se antoja como para el Anahuacalli, La Casa Azul o el Museo Frida Kahlo.
Esta obra se escenificará los lunes desde hoy al 5 de septiembre, a las 20:30 horas.