Si bien a comienzos de 2000 el poder adquisitivo del salario frenó la caída que había experimentado en las últimas tres décadas, su recuperación ha sido considerablemente lenta, a pesar del favorable efecto de la baja en los niveles de inflación en ese lapso, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).

El organismo recordó que en las últimas décadas el poder adquisitivo del salario mínimo acumuló una ganancia de 2.4 por ciento, pero luego de una pérdida de 67 puntos porcentuales que ya arrastraba en los 20 años previos.

No se puede afirmar que esto represente un claro beneficio para todos, sobre todo cuando los niveles de pobreza siguen siendo elevados y las diferencias salariales son amplias. (...) La población mexicana espera cotidianamente que su situación económica mejore, sin que hasta ahora vea un beneficio importante, consideró.

El centro de estudios, dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo que las polémicas declaraciones del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero –quien a principios de mes afirmó que por primera vez en décadas el poder adquisitivo del salario mínimo está creciendo en México– están respaldadas en cifras del Banco de México y de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.

Sin embargo, reconoció que aunque la marginal ganancia del salario real es una buena señal para la población, aún falta mucho por hacer, entre otras cosas porque el mayor porcentaje de personas que tienen un empleo reciben ingresos hasta de tres salarios mínimos, como indica la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que realiza el Inegi.

Agregó que la ganancia que tuvo el poder adquisitivo en la última década también se matiza cuando se observa la evolución del indicador de la tendencia laboral de la pobreza que realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Dicho índice muestra trimestralmente la proporción de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con el ingreso laboral, cifra que mostró un claro incremento a partir del tercer trimestre del 2008, cuando comenzó la crisis económica.

Este indicador no muestra señales claras de una tendencia a la baja, dijo el Ceesp, a pesar de que la crisis ha concluido y la economía ha recuperado parte importante de lo perdido.

En su análisis semanal, el organismo consideró indispensable mejorar a distribución del ingreso en el país, lo que representaría un enorme beneficio para la población, toda vez que propiciaría un aumento del consumo, permitiendo tasas de crecimiento más elevadas.