Unos 115 millones realizan actividades peligrosas, asegura informe de la organización
El fenómeno bajó sustancialmente en América Latina; la mayoría se ocupa en la agricultura
Los esfuerzos por reducir la cifra podrían verse afectados por la crisis económica global
Sábado 11 de junio de 2011, p. 24
Ginebra, 10 de junio. Cerca de 215 millones de niños en el mundo se ven obligados a laborar y más de la mitad de ellos, unos 115 millones, deben realizar tareas duras y peligrosas, informó hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, de cara al Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra el 12 de junio.
La agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) dio a conocer en un informe mundial, actualizado a 2008, que la cantidad de niños que laboran representa una disminución de 3.2 por ciento, al bajar de 222 millones a 215 millones, en el periodo 2004-2008.
No obstante la reducción, la OIT destacó en el informe, titulado Intensificar la lucha contra el trabajo infantil, que el ritmo de descenso de la cifra de niños que laboran, de 2004 a 2008, fue menor que en el periodo previo.
En el documento se indica que los esfuerzos por bajar dicho número podrían resultar afectados por la crisis económica mundial y, peor aún, podría frenar
el avance hacia el objetivo de eliminar las peores formas de trabajo infantil para 2016.
Hasta ahora el mayor progreso se ha reportado entre niños de cinco a 14 años. En este grupo, el número disminuyó 10 por ciento.
El trabajo infantil entre las niñas bajó 15 por ciento, pero aumentó siete por ciento entre los niños, lo cual significa que se incorporaron 8 millones a actividades laborales.
Para los adolescentes de entre 15 y 17 años, las campañas contra el trabajo todavía no repercuten favorablemente, pues la cifra repuntó 20 por ciento, de 52 millones a 62 millones.
La OIT consideró que es urgente que los gobiernos del mundo hagan una lista de labores peligrosas y las prohíban, al tiempo que deben revitalizar la campaña contra el trabajo infantil en esas condiciones. En esa categoría se incluirían actividades que impliquen el manejo de químicos tóxicos o máquinas peligrosas, así como cargar pesados lastres y la explotación sexual.
La organización llamó a los gobiernos del mundo a combatir con decisión el trabajo infantil. Un acuerdo de 1999 ratificado por 173 de los 180 miembros de la OIT prohíbe ese tipo de actividades peligrosas para menores de 18 años.
Como consecuencia del acuerdo, la cifra de niños de entre cinco y 17 años que desempeñan labores riesgosas cayó entre 2004 y 2008, sobre todo en el caso de las niñas, informó la OIT.
Sin embargo, en el grupo de entre 15 y 17 años de edad esas labores aumentaron en el mismo periodo de 52 millones a 62 millones, es decir, 20 por ciento.
Cada minuto un niño sufre un accidente, una enfermedad o un trauma sicológico laboral en algún lugar del mundo
, sostiene el informe de la OIT Niños en trabajos peligrosos; lo que sabemos y debemos hacer.
La crisis económica también amenaza con empeorar esa tendencia. El objetivo que se fijó la comunidad internacional de poner fin en 2015 a las peores formas de trabajo infantil está en peligro, alertó la organización.
Gobiernos, empresarios y organizaciones de industriales deben colaborar para desarrollar condiciones marcos para acabar con la labor infantil
, aseveró el director general de la OIT, Juan Somavia.
La continuación del trabajo infantil es prueba de la falta de sostenibilidad del modelo de crecimiento predominante
, puntualizó Somavia.
La OIT aplica desde noviembre pasado un plan de acción global para la eliminación de las peores formas de trabajo infantil en 2016, ambicioso objetivo que se propuso por primera vez en el informe global sobre labores infantiles de 2006.
Para el caso de América Latina y el Caribe, la OIT reporta que en los últimos años el fenómeno ha bajado sustancialmente, aunque todavía 5 millones 700 mil niñas y niños trabajan sin haber cumplido la edad mínima de admisión al empleo o realizan actividades que deben ser prohibidas, según el Convenio 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil.
En la mayoría de los casos, esos niños laboran en la agricultura, pero muchos otros se desempeñan en otros sectores de alto riesgo, como la minería, los basureros, el trabajo doméstico, la cohetería y la pesca.
De acuerdo con el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, es prioritario definir y realizar una cartografía sobre las labores peligrosas, formular sistemas de vigilancia y seguimiento del trabajo infantil y hacer participar a los interlocutores sociales en estos procesos.
En muchos países latinoamericanos el trabajo doméstico en hogares de terceros es el segundo sector en importancia y el primero para las niñas.
En América central y del sur se aplican programas para resolver ese problema. Otro grupo que se beneficia prioritariamente de la investigación y acción establecida en el IPEC es el de los menores indígenas, que suelen ser los más pobres, pues padecen discriminación y falta de acceso a servicios sociales.