En vez de calcular la cantidad de recursos hídricos del país para utilizarlos de manera más racional, por años el gobierno simplemente los explotó al máximo, pese al riesgo de acabárselos por completo.

Para remediar este fenómeno, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) pondrá en marcha un Programa nacional de reservas del líquido para el ambiente, mediante el cual buscará aprovechar características naturales de varios ríos y cuencas en buenas condiciones, que incluso hagan innecesaria cualquier obra de ingeniería.

Estudios preliminares de dicho esquema dieron inicio en 2005, en un acuerdo de colaboración entre la Fundación Gonzalo Río Arronte y la World Wide Fund for Nature (WWF), explicó Eugenio Barrios, director del programa de agua de esta última organización, en entrevista con La Jornada.

Lo novedoso es que pone en práctica el concepto de caudal ecológico, es decir, calcular qué cantidad de líquido está disponible en cierta región, y de ese total definir cuánto se puede utilizar para consumo humano y cuánto no debe tocarse, de forma que no se acabe.

Este nuevo modelo ya se puso en marcha en tres sitios: el primero es en el río Conchos, principal afluente del río Bravo, que tenía serios problemas de sobrexplotación y se ubica en una de las 30 microrregiones ecológicas más importantes del mundo.

Otro es la cuenca Copalita-Zimatán-Huatulco, un sistema en buenas condiciones que abastece a más de 450 comunidades dispersas en la sierra de Oaxaca; y el último es la cuenca del río San Pedro Mezquital, que atraviesa la ciudad de Durango y conecta las regiones neoártica y neotropical del país.

En todos ellos se aplicaron esquemas para restringir la sobrexplotación, y el resultado fue que estas zonas encontraron de nuevo su equilibrio ecológico, sin necesidad de obras de infraestructura, ya que la orografía misma sirvió para abastecer el consumo humano de manera sustentable.

Tenemos que definir cuánta agua podemos extraer sin dejar el ambiente seco, y entender que un río fluyendo, limpio y con biodiversidad tiene un valor económico equivalente a que entubáramos el agua para todas las localidades que la usan, explicó Barrios.

Con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Conagua seleccionará nuevos lugares susceptibles de convertirse en reservas naturales de agua, de entre un total de 189 sitios ya identificados, en donde hay un nivel de conservación aceptable y baja exigencia del líquido.

En México, indicó el especialista, más que un problema de disponibilidad del líquido es de eficiencia en su uso, ya que mucha del agua que se dirige a las grandes ciudades se pierde por fugas o por desperdicio en las casas.

Si este año se saca la norma oficial mexicana para calcular el caudal ecológico, nos pondríamos a la vanguardia en el cuidado del agua. Tenemos 102 acuíferos sobrexplotados y hay que tomar acciones ya, porque vamos contra el tiempo, advirtió.