Islamabad, 26 de mayo. Al menos 32 personas murieron, en su mayoría policías, y otras 56 resultaron heridas, en un nuevo atentado de los talibanes para vengar el martirio de Osama Bin Laden, a manos de un comando de Estados Unidos, a principios de mes.

Desde que el fundador de la red Al Qaeda fue abatido el pasado 2 de mayo, los ataques de los talibanes han dejado más de 130 muertos en las filas de las fuerzas de seguridad de Pakistán.

En el atentado de este jueves contra una comisaria en la ciudad de Hangu, en el noroeste paquistaní, un atacante suicida detonó una camioneta con unos 450 kilos de explosivos que dejó un cráter de tres metros de diámetro y 2.5 metros de profundidad.

El jefe regional de policía, Masud Afridi, no descartó que el saldo de muertos y heridos se incremente en las próximas horas.

Hangu se encuentra cerca de la anárquica región tribal del país, donde talibanes y activistas de la red Al Qaeda poseen refugios.

Aceptamos la responsabilidad de este ataque. Se trata de un pequeño atentado para vengarnos por el martirio de Osama Bin Laden, dijo un vocero del Movimiento de Talibanes de Pakistán, Ehsanulah Ehsan, y reiteró que pronto habrá otros atentados de mayor importancia.

En tanto, el Pentágono informó que ha comenzado a reducir sus tropas en Pakistán a solicitud de Islamabad tras la eliminación de Bin Laden. El coronel Dave Lapan dijo que hace dos semanas fueron notificados por el gobierno paquistaní de esta decisión.

No obstante, Pakistán permitirá a la CIA mandar un equipo forense para investigar la residencia de Bin Laden, en Abbottabad, indicó The Washington Post, que citó a funcionarios estadunidenses.

El equipo de asalto sólo estuvo ahí 40 minutos, dijo al diario un funcionario anónimo. El objetivo es volver al lugar, para una investigación más a fondo.