Mujer de inteligencia extraordinaria y sentido del humor fuera de lo común, fue la impresión que Leonora Carrington dejó en la escritora Elena Poniatowska, entrevistada ayer al llegar a la funeraria donde se velaron los restos de la pintora y escultora, en forma tan hermética que sólo llegó un puñado de personas a dar el pésame. El cortejo fúnebre anunciado, para partir a las 14 horas, se adelantó una hora 10 minutos.

Autora del libro Leonora, Poniatowska también definió a la artista como una mujer muy valiente, pues se debe recordar que en España fue una las primeras que supo lo que significaba la guerra y que, cuando pidió sus entrevistas con Franco, de veras quería ser una luchadora en contra de Hitler y lo fue. Y una defensora también, toda su vida, de los judíos.

La periodista calificó como grave para México la pérdida de Carrington, una mujer muy secreta, discreta, que no le gustaban los periodistas; se sentía muy agredida por nosotros los reporteros. Sin embargo, amó mucho a México y México es parte de su vida. Pablo Weisz, uno de sus dos hijos, dijo que Leonora sin México no sería Leonora.

Continuó: “Se dice mucho que es surrealista, porque estuvo con este grupo, pero ella en realidad lo que pinta es el mundo de su infancia, de su abuela irlandesa Moorhead, de los sidhe, que para nosotros son los chaneques, los que andan en Chapultepec, nuestros nahuales, esos personajitos que nos ayudan o a veces nos desayudan porque hacen muchas travesuras.”

La última vez que Poniatowska vio a Carrington fue hace un mes, porque anduve de viaje, y la vio bien. “Era muy delgadita y eso, tómenlo en cuenta, no comer te prolonga la vida. Comía muy poco, puro té y té. Tomen té negro.

¿Por qué están ustedes aquí afuera, asoleándose, y no allá adentro?, preguntó la escritora a reporteros, fotógrafos y camarógrafos parados enfrente de la funeraria. La familia pidió que estuviéramos afuera, contestó una reportera. Para entonces, la familia había convocado a una conferencia de prensa en la que Martha Patricia Weisz, esposa de Gabriel, leyó un texto elaborado por los hijos de la artista:

La maestra Leonora Carrington siempre agradeció la gentileza e inteligencia de los medios de comunicación de México. Por lo que sólo por hoy les pedimos que en estos momentos tan difíciles evitemos tanto fotografías como otros medios de difusión.

Carrington fue incansable y trabajó hasta el último momento, expresó Martha Patricia Weisz. Todavía hay algunas cosas (de escultura en bronce) en taller porque siguió trabajando hasta hace un mes, preparando sus moldes, metiendo las manos, apuntó la promotora cultural Raquel Chamlati. Aún está en proceso mucha de su joyería, agregó Silvia Sacal.

Tras anunciar el homenaje de este sábado a las 13 horas en el Palacio de Bellas Artes, Consuelo Sáizar, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, manifestó: la familia deseaba vivir el duelo en privado, pero el cariño derribó las fronteras de esa privacidad.

Para el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma nos queda la presencia de lo que Leonora fue, perspectiva que mostró en su arte.