Londres, 25 de mayo. El presidente Barack Obama rechazó que la creciente influencia de potencias emergentes como China, India o Brasil, suponga automáticamente un declive en el peso de Europa y Estados Unidos, en un discurso pronunciado este miércoles ante las dos cámaras del Parlamento británico.

Mientras, decenas de activistas se manifestaron contra la política belicista de Obama, quien en reunión previa con el primer ministro británico David Cameron, descartó el despliegue de fuerzas terrestres en Libia, aunque subrayó que hay que amentar la presión a Mummar Kadafi.

Obama declaró que Estados Unidos y Gran Bretaña comparten las mismas metas de seguridad y crecimiento económico, así como de reducción del déficit, pero insistió en que cada país debe detener el problema con sus propios métodos y a su propio ritmo.

En su discurso ante ambas cámaras del Parlamento, en Westminster Hall, Obama reconoció el creciente auge económico de China, Brasil e India, pero replicó que el argumento que se ha esgrimido acerca de que esas naciones representan el futuro y que el momento del liderazgo occidental ha pasado, es falso, y sostuvo que este es el momento de nuestro liderazgo.

En lo que es considerado su acto más importante de esta gira europea, Obama admitió en este recinto que el liderazgo de Occidente enfrenta otros desafíos con el desmantelamiento del terrorismo. Manifestó que el mundo pasa por un momento crucial tras una década difícil que comenzó con una guerra y terminó con una recesión. No obstante, destacó que una economía mundial que estuvo al borde de la depresión ahora es estable y se está recuperando”.

Al hablar de la crisis económica que se inició en Estados Unidos, indicó que los éxitos y fracasos de nuestro pasado sirven de ejemplo para las economías emergentes.

Destacó que tras años de conflicto, Estados Unidos y Gran Bretaña salieron ya de Irak, acabaron con el momento de los talibanes en Afganistán y dieron un duro golpe a la red Al Qaeda con la muerte de Osama Bin Laden.

Esta es la primera vez que las dos cámaras del Parlamento se reúnen de manera excepcional y por primera vez para escuchar a un dirigente estadunidense. Sólo a tres dignatarios extranjeros se les ha concedido ese honor desde el final de la Segunda Guerra Mundial: al ex presidente francés Charles de Gaulle; al ex presidente sudafricano Nelson Mandela, y al papa Benedicto XVI.

El presidente Barack Obama habló en el Westminster Hall ayer, como parte de su gira por EuropaFoto Ap

El discurso de Obama tuvo lugar tras una jornada de conversaciones en Downing Street con el premier británico, tras la cual ofrecieron una rueda de prensa en la que abordaron el tema económico. Señaló que la naturaleza de la deuda y los déficits de Gran Bretaña y de Estados Unidos son diferentes y, por tanto, cada nación necesitaría flexibilidad para cambiar el curso de sus estrategias que no han dado resultados.

Por otro lado, el jefe de la Casa Blanca habló de la necesidad de elevar la presión militar sobre el régimen libio de Muammar Kadafi, si bien ambos descartaron enviar tropas al país sometido a bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte desde el 19 de marzo pasado.

Obama reconoció que las operaciones aéreas tiene un impacto limitado, y estimó que el desgaste de Kadafi será un proceso lento. Confirmó que continuarán los bombardeos de la alianza hasta que cesen lo que describió como ataques de las fuerzas libias contra la población civil.

Por otra parte, llamó al líder yemení, Alí Abadalá Saleh, a ceder el poder inmediatamente, tras los nuevos enfrentamientos que causaron 38 muertos este martes a raíz de la negativa del presidente a firmar un acuerdo elaborado por las monarquías del golfo Pérsico para la transición pacífica.

Señaló, por otra parte, que la ruta que tomarán los palestinos para ser reconocidos como Estado miembro de la Organización de Naciones Unidas durante la Asamblea General del organismo en septiembre, es un error.

Para Obama, el único modo en que debe lograrse la creación de un Estado palestino con las fronteras de 1967, antes de la ocupación israelí, es mediante un acuerdo de paz con Israel. Pidió al movimiento islamita Hamas que reconozca el derecho de Israel a existir, y abandonar su estrategia de violencia.

En este contexto, decenas de manifestantes demandaron el fin de la injerencia de Estados Unidos en Libia y otras naciones árabes. En los alrededores del palacio de Buckingham, los activistas denunciaron la asfixiante hipocresía del mandatario en recientes declaraciones contra la violencia y a favor de la fuerza moral.