Senadores y diputados del PRI y del PAN consideraron que el único requisito que se debe exigir al próximo embajador de Estados Unidos en México es el respeto absoluto a la Constitución y a la soberanía nacional, pues consideraron que el hecho de que Anthony Wayne, propuesto por el gobierno de Barack Obama para representar a Washington en el país, estuviera en Afganistán, no es relevante. En tanto, la cancillería no hizo ningún pronunciamiento oficial sobre el tema.

Para el diplomático Enrique Berruga la rapidez con la que Estados Unidos ha hecho el nombramiento de Anthony Wayne como sucesor de Carlos Pascual en la embajada de ese país en México es una señal muy interesante que revela la prioridad que el Departamento de Estado en Washington asigna al país.

En entrevista con este diario, afirmó que el hecho de que Wayne se desempeñara como segundo de a bordo en Afganistán, un sitio tan delicado para los estadunidenses, y que se trate de un diplomático de carrera y experimentado es signo de que con México no se puede uno equivocar.

La designación del diplomático estadunidense se da a conocer dos meses después de que Carlos Pascual presentó su renuncia como embajador en México, tras de permanecer año y medio en el país, hasta que la Casa Blanca aceptó su renuncia el pasado 19 de marzo.

Esto, luego de que el presidente Felipe Calderón señaló a principios de ese mes en Washington que los reportes diplomáticos revelados por Wikileaks, dados a conocer en México por La Jornada, en los que Pascual fue citado en forma recurrente, habían causado un daño severo a las relaciones bilaterales.

La propuesta de la Casa Blanca llegó a México esta semana y el gobierno está en el proceso de dar el beneplácito, para lo cual no hay plazos establecidos.

El senador priísta Alfonso Navarrete Prida aseguró que distintos miembros del cuerpo diplomático acreditado en México tienen perfiles similares, debido a los encargos diplomáticos que han desempeñado, y recordó que se criticó mucho en México el nombramiento de John Dimitri Negroponte, por tener un perfil similar, y sin embargo, durante su gestión fue uno de los momentos de mayor cooperación en la relación bilateral México-Estados Unidos.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte del Senado, el panista Luis Alberto Villarreal, dijo que su bancada dará un voto de confianza a la labor del diplomático, toda vez que Wayne es un hombre institucional y eficiente, además de experimentado.

Earl Anthony Wayne participó ayer en una conferencia en Kabul. El diplomático se perfila como el nuevo embajador de EU en MéxicoFoto Xinhua

Especialistas en derecho internacional afirmaron que la decisión del presidente Barack Obama es una clara respuesta de la visión que tiene en este momento Estados Unidos sobre México y los temas que son prioritarios. Es obvio que se privilegió la agenda de seguridad, al enviar a un reconocido experto en la materia, así como en contraterrorismo.

Pia Tarecena, catedrática del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, indicó que es posible que una de sus tareas sea fortalecer el lazo en el combate bilateral contra la amenaza que representa el crimen organizado, sobre todo en los estados del norte del país.

Pedro Labariega, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, advirtió que si bien es un derecho soberano de Estados Unidos elegir a su representante diplomático en México, sin duda se trata de un personaje que puede ser considerado de mano dura, y a quien no se le conocen antecedentes directos sobre México o América Latina.

José Luis Valdés, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, aseguró que el nombramiento de Wayne obedece a que el gobierno de Obama necesita tener un representante en el proceso electoral mexicano que le informe puntualmente asuntos que son de importancia para Washington.

Al respecto, Eduardo Rosales, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, advirtió que es difícil que se dé un cambio sustantivo en la política exterior estadunidense, la cual está centralizada en el narcotráfico y el terrorismo.

Con una carrera diplomática de 36 años, Wayne viene de Afganistán, donde era el embajador adjunto. Entre 2006 y 2009 ocupó la sede diplomática en Argentina, cuando en ese país se dio el escándalo del maletín con 800 mil dólares enviado por el empresario venezolano-estadunidense Guido Alejandro Antonini, en agosto de 2007, de Caracas a Buenos Aires.

Según la Oficina Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) el dinero era ayuda del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para la campaña presidencial de la entonces candidata Cristina Fernández.