Washington, 24 de mayo. El primer ministro de Israel, Benjamin, Netanyahu, aseguró hoy ante el Congreso de Estados Unidos que algunos asentamientos quedarían fuera de las fronteras de Israel en un generoso acuerdo de paz con los palestinos, pero reiteró su negativa de volver a las fronteras de 1967 y reconocer el derecho al retorno de los refugiados palestinos.

Aseguró que Israel está dispuesto a realizar concesiones dolorosas para alcanzar la paz con los palestinos, e indicó que en cualquier acuerdo de paz que ponga fin al conflicto, algunos asentamientos quedarán fuera de las fronteras de Israel.

Vamos a ser muy generosos en el tamaño de un futuro Estado palestino, aseveró.

Sin embargo, descartó nuevamente el retorno a las fronteras que existían antes de la Guerra de los Seis Días de 1967 o una división de Jerusalén, cuya área este exigen los palestinos como la capital de su futuro estado. Jerusalén nunca más debe ser dividida. Jerusalén debe seguir siendo la capital unida de Israel, sostuvo.

La Guerra de los Seis Días concluyó con la ocupación israelí de Cisjordania, Jerusalén este, la franja de Gaza, la península de Sinaí y los Altos del Golán. En 1978, como resultado de los tratados de Campo David, Israel devolvió el Sinaí a Egipto.

El líder israelí también llamó a la comunidad internacional a frustrar el proyecto de los palestinos de pedir en Naciones Unidas el reconocimiento de un Estado con dichas fronteras, es decir, que incluya Cisjordania, Jerusalén este y Gaza, y apuntó que la paz sólo puede lograrse en torno a la mesa de negociaciones.

De la misma manera descartó cualquier negociación con Hamas tras el acuerdo de reconciliación entre el grupo islamita y el movimiento laico Fatah del presidente palestino Mahmoud Abbas.

Nabil Abu Rudeina, portavoz de Abbas, estimó que no hay nada nuevo en el discurso del primer ministro israelí. En todo caso, aseguró, agrega obstáculos en la vía de una paz verdadera, seria, duradera y global.

A su vez, el negociador palestino Mohamad Shtayeh afirmó que Netanyahu no deja otra opción que acudir a Naciones Unidas en septiembre para pedir el reconocimiento de su Estado, durante la Asamblea General.