Santiago, 23 de mayo. Los restos del ex presidente chileno Salvador Allende fueron exhumados hoy aquí en cumplimiento de una orden judicial que busca aclarar con una nueva autopsia si se suicidó o fue ejecutado durante el asalto al palacio presidencial de La Moneda, que culminó con la instauración de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

¡Viva Allende!, exclamó en medio del silencio y la expectación un representante de los pescadores chilenos, cuando los trabajadores del Cementerio General de Santiago sacaron el ataúd negro que guardó el cadáver del ex jefe de Estado, el cual fue inmediatamente cubierto con una bandera de Chile.

La exhumación fue guiada por siete peritos extranjeros y cinco chilenos en presencia de familiares del ex mandatario y observadores de la Cruz Roja Internacional. Los restos fueron llevados a un laboratorio del Servicio Médico Legal, donde se le realizarán análisis de tipo radiológico, odontológico, antropológico y arqueológico, respaldados por un estudio fotográfico forense.

La investigación fue abierta el 27 de enero por el juez Mario Carroza, junto a la de unas 700 personas más que murieron en las horas inmediatas a la consumación del golpe de Estado contra el primer político socialista elegido en las urnas en América Latina.

Esta diligencia judicial fue solicitada por la familia de Allende, fallecido el 11 de septiembre de 1973. La exhumación duró 45 minutos y al exterior del mausoleo familiar acudieron como testigos algunos dirigentes sindicales y de las organizaciones políticas de izquierda.

Este proceso judicial busca establecer la verdad sobre lo ocurrido, dijo en la ceremonia la senadora Isabel Allende, hija del ex mandatario, y ratificó lo que hemos dicho a lo largo de todos estos años: nuestra convicción de que el presidente Allende tomó la decisión de morir como un gesto de coherencia política, en defensa del mandato que le fuera entregado por el pueblo.

La presidenta del Partido por la Democracia, Carolina Tohá, destacó el valor histórico, político y jurídico de la diligencia judicial al señalar que “todo lo que nosotros conocemos sobre cómo murió se funda en testimonios de cercanos, en testigos; esta gestión no se está haciendo porque la familia cuestione esa versión, sino porque ésta no ha sido avalada por la justicia. La (primera) autopsia –recordó– se realizó en el hospital militar con la presencia de médicos y agentes militares”.